martes, 11 de diciembre de 2012

La burguesía nacional en la revolución china

A continuación reproducimos un interesante artículo, escrito por Yu Huai, publicado en "China Popular" en enero de 1950, pocos meses después de la toma del poder por el PCCh y la fundación de la República Popular China en octubre de 1949. En junio de 1952, Mao Zedong señalaría que la contradicción principal en China era la que enfrentaba a la clase obrera y a la burguesía, declarando la transformación de la revolución democrática en revolución socialista. Pese a ello, Mao y el PCCh consideraron que la burguesía nacional aún podía ser parte del pueblo en la revolución socialista, algo con profundas consecuencias en el desarrollo ulterior de la revolución.
Como es conocido, la línea política del Partido Comunista de China en la presente revolución democrática popular de China se ha basado en un Frente Unido Democrático Popular compuesto por la clase obrera china, el campesinado, la pequeña burguesía y otros elementos democráticos patrióticos, basado en la alianza obrero-campesina, y dirigido por la clase obrera.
En este artículo, vamos a discutir: En primer lugar, ¿por qué la clase obrera china, en la presente etapa, debe unir a la burguesía nacional y no exterminarla? En segundo lugar, ¿cuál es la política adoptada por la clase obrera china en el tratamiento de la burguesía nacional, y sobre qué base se ha formulado esta política?
La burguesía en los países coloniales
Debido a que China era un país semifeudal y semicolonial, largo tiempo bajo el yugo del imperialismo, su revolución no podía dejar de tener como una de sus tareas principales la lucha contra el imperialismo. Esta característica determinó las estrategias y las tácticas de la revolución china.
En su informe sobre los problemas nacional y colonial en el Segundo Congreso de la Internacional Comunista, Lenin enfatizó la importancia de hacer “la distinción entre naciones oprimidas y naciones opresoras”. Consideraba que en esto residía la diferencia fundamental entre la Internacional Comunista, por un lado, y la II Internacional y la democracia burguesa, por el otro. Viéndolo desde este ángulo, Lenin señaló: “La Internacional Comunista debe concluir una alianza temporal con la democracia burguesa en las colonias y países atrasados, pero no fusionarse con ella, sino proteger a toda costa la independencia del movimiento proletario, incluso en sus formas más rudimentarias.” (Lenin: Esbozo inicial de las tesis sobre los problemas nacional y colonial).
Stalin desarrolló esta brillante teoría de Lenin sobre las peculiaridades de la revolución en los países coloniales y semicoloniales. Señaló claramente la doble tarea de oponerse al imperialismo y al feudalismo en el movimiento revolucionario del pueblo chino, con énfasis en “la agudización de la lucha contra el imperialismo”. (Stalin: La revolución china y las tareas de la Internacional Comunista). Y llegó a la conclusión que bajo ciertas condiciones era permisible una alianza con la burguesía nacional.
Uniendo la verdad universal del marxismo-leninismo con la práctica concreta de la revolución china, el camarada Mao Tse-tung ha tenido éxito en la aplicación concreta de la teoría expuesta por Lenin y Stalin sobre el papel desempeñado por la burguesía nacional en la revolución en los países coloniales y semicoloniales.
La burguesía burocrática y la burguesía nacional
Dado que los grupos componentes de la burguesía china tienen diferentes relaciones con el imperialismo y el feudalismo, no deben ser tratados como una masa homogénea, sino que deben ser diferenciados claramente. Hay dos grupos principales en la burguesía china: la gran burguesía y la burguesía nacional. Los intereses económicos de estos dos grupos están en conflicto entre sí. Por eso, han desempeñado roles distintos en la revolución democrática popular china.
La distinción entre la gran burguesía y la burguesía nacional en China fue puesta en claro por el camarada Mao Tse-tung, cuando escribió en 1939:
“La burguesía se divide en gran burguesía compradora y burguesía nacional.
“La gran burguesía compradora es una clase al servicio directo de los capitalistas de los países imperialistas y sustentada por ellos; está ligada por miles de lazos con las fuerzas feudales del campo. Por eso, en la historia de la revolución china, ha sido siempre un blanco y nunca una fuerza motriz, de la revolución.
[la burguesía nacional] es oprimida por el imperialismo y constreñida por el feudalismo, y de ahí su contradicción con ambos. En este sentido, constituye una fuerza revolucionaria. En la historia de la revolución china ha mostrado cierto entusiasmo en la lucha contra el imperialismo y el gobierno de los burócratas y caudillos militares. (Mao Tse-tung: La revolución china y el Partido Comunista de China).
¿Quiénes forman la gran burguesía china?
Durante los veinte años de su dominación, las cuatro grandes familias –Chiang, Soong, Kung y Chen– han amasado enormes fortunas que alcanzan de diez a veinte mil millones de dólares norteamericanos, y han monopolizado las arterias vitales de la economía del país. Este capital monopolista; combinado con el Poder del Estado, se ha convertido en el capitalismo monopolista de Estado. Este capitalismo monopolista, estrechamente vinculado al imperialismo extranjero y a la clase terrateniente y los campesinos ricos de viejo tipo del país, se ha convertido en el capitalismo monopolista estatal, comprador y feudal. Tal es la base económica del régimen reaccionario de Chiang Kai-shek. Dicho capitalismo monopolista de Estado oprime no sólo a los obreros y campesinos, sino también a la pequeña burguesía urbana, y perjudica a la burguesía media [es decir, la burguesía nacional –YH]. Alcanzó la cúspide de su desarrollo durante la Guerra de Resistencia y después de la rendición del Japón; ha preparado suficientes condiciones materiales para la revolución de nueva democracia. Este capital se llama corrientemente en China capital burocrático; y esta clase capitalista, conocida con el nombre de clase capitalista burocrática, es la gran burguesía de China. Además de abolir los privilegios del imperialismo en China, la tarea de la revolución de nueva democracia es eliminar en el país la explotación y opresión ejercidas por la clase terrateniente y la clase capitalista burocrática (la gran burguesía)…”. (Mao Tse-tung: La situación actual y nuestras tareas).
Debe destacarse que sin el cumplimiento de la tarea de oponerse al capitalismo burocrático, y sin la realización del programa concreto de confiscación de la propiedad de la gran burguesía por el Estado popular, el contenido de la revolución democrática popular de China no puede considerarse completo.
El proceso por el cual este capitalismo burocrático único se expandió bajo el régimen reaccionario del Kuomintang fue el mismo proceso por el cual se oprimió a la burguesía nacional china y se mutilaron sus empresas privadas. Los capitalistas burocráticos, representados por las cuatro grandes familias de Chiang, Soong, Kung y Chen, nunca desarrollaron una industria propia. Se apropiaron de los bienes del pueblo trabajador, y en parte de la burguesía nacional, para incrementar su mal habido capital, principalmente a través de su colaboración con los traidores imperialistas extranjeros, por medio del aparato estatal bajo su control, especialmente de su amplia red de organizaciones financieras, así como por medio de una abierta política de rapiña. Durante la guerra contra la agresión japonesa, el bloque capitalista burocrático del Kuomintang aceleró este proceso de saqueo y concentración del capital, mediante el establecimiento de diversos controles económicos de tiempos de guerra y mediante una inflación galopante. Después de la rendición del Japón, este bloque, con el pretexto de “hacerse cargo” de las propiedades de los japoneses y sus títeres, se embolsó privadamente los activos que originalmente le pertenecía al pueblo chino. De esta manera, los agresores imperialistas japoneses y sus lacayos sólo sirvieron de instrumento para la conversión de la riqueza del pueblo chino, incluyendo la burguesía nacional, en propiedad privada de los capitalistas burocráticos, o lo que es lo mismo, en última instancia, en propiedad privada de los imperialistas norteamericanos. Por eso, mientras más se expandían los capitalistas burocráticos más se contraía la burguesía nacional. De esta forma, los capitalistas burocráticos se convirtieron en la gran burguesía y la burguesía nacional asumió la posición de la burguesía media. Los primeros eran los opresores y explotadores del pueblo chino, y la segunda, mientras que explotaba a la clase obrera china, era cruelmente oprimida por el imperialismo y su agente, la gran burguesía.
Considerando todos estos factores económicos, no es difícil entender los cambios en la actitud política de la burguesía nacional china en las diferentes etapas históricas. Si bien durante el período posterior a 1927 y anterior al incidente de Mukden de 1931, colaboró ​​con la clase terrateniente y la gran burguesía en su oposición a la revolución, sin embargo, nunca estuvo en el poder. Eso no es todo. Después del incidente de Mukden, que anunció la invasión sin cuartel de los imperialistas japoneses, algunos representantes de la burguesía nacional, presionados por las masas, tomaron parte activa en el movimiento anti-imperialista, dirigido en esa época contra el imperialismo japonés. Este movimiento fue prohibido por el Kuomintang, que estaba entonces en el poder. Tras el estallido de la guerra anti-japonesa, debido a la intensificación de las diversas medidas políticas y económicas reaccionarias, algunos representantes de esta clase simpatizaron con e incluso apoyaron, en mayor o menor grado, el movimiento democrático en China.
Después de la rendición del Japón, el pueblo de toda China anhelaba la paz y se oponía a la inminente guerra civil. Esto obligó al gobierno del Kuomintang, encabezado por Chiang Kai-shek, a convocar a la “Conferencia Consultiva Política”, propuesto por el Partido Comunista de China. Los representantes de la burguesía nacional china participaron en esta Conferencia, que tuvo como objetivo la lucha por la democracia y la paz en el país, y su actitud en general fue favorable a las demandas progresistas del pueblo chino. Tras el fracaso del parlamento de paz, los reaccionarios del Kuomintang iniciaron una guerra civil a gran escala. El pueblo chino obtuvo una victoria fundamental en la guerra revolucionaria. Durante esta serie de cambios vitales, aunque la burguesía nacional mostró a veces una actitud vacilante y de esperar y ver, sin embargo, no se rindió a los reaccionarios del Kuomintang. Lo que es más, con los cambios en la situación, al final, sus representantes participaron en la recientemente celebrada Conferencia Consultiva Política del Pueblo, que simbolizó la gran unidad revolucionaria del pueblo chino. 
El doble carácter de la burguesía nacional 
Como se mencionó anteriormente, debido a que tiene ciertas contradicciones con el imperialismo extranjero y el capitalismo burocrático, la burguesía nacional, en consecuencia, simpatiza con la revolución democrática popular china o se mantiene neutral: este es un aspecto de su naturaleza. Pero la burguesía nacional también tiene contradicciones con la clase obrera y el campesinado; por lo tanto, tiene un doble carácter en la revolución democrática popular de China.
“Este doble carácter hace que la burguesía nacional, en determinados períodos y hasta cierto punto, pueda tomar parte en la revolución contra el imperialismo y el gobierno de los burócratas y caudillos militares y llegar a ser una fuerza revolucionaria, y que, en otros períodos, surja el peligro de que vaya a remolque de la gran burguesía compradora y sirva de ayudante a la contrarrevolución.” (Mao Tse-tung: La revolución china y el Partido Comunista de China)
Es precisamente debido a este hecho que se debe luchar necesariamente y de manera adecuada contra la burguesía nacional, mientras se mantiene la unidad con ella.
En diciembre de 1947, en vísperas de la victoria de la revolución del pueblo chino, el camarada Mao Tse-tung señaló:
“En las regiones dominadas por Chiang Kai-shek, entre la capa superior de la pequeña burguesía y entre la burguesía media [es decir, la burguesía nacional –YH], hay un pequeño número de personas, elementos del ala derecha de estas clases, que poseen tendencias políticas reaccionarias; esparcen ilusiones acerca del imperialismo norteamericano y la camarilla reaccionaria de Chiang Kai-shek y se oponen a la revolución democrática popular. Mientras las tendencias reaccionarias de estos elementos puedan afectar a las masas, debemos desenmascararlos ante los que estén bajo su influencia política, combatir esta influencia y liberar a las masas de ella.” (Mao Tse-tung: La situación actual y nuestras tareas). 
En julio de 1949, después de que la victoria fundamental de la revolución del pueblo chino fue ganada, el camarada Mao Tse-tung volvió a señalar:
“…en la etapa actual ya podemos emprender en forma apropiada un considerable trabajo educativo entre muchos de sus componentes [de la burguesía nacional]. Cuando llegue el momento de realizar el socialismo, es decir, de nacionalizar las empresas privadas, daremos un paso más en este trabajo de educación y transformación entre sus componentes. El pueblo tiene en sus manos una poderosa máquina estatal y no teme la rebelión de la burguesía nacional.” (Mao Tse-tung: Sobre la dictadura democrática popular)
Golpes a las tendencias políticas reaccionarias de los elementos derechistas de la burguesía nacional, y trabajo educativo adecuado y reforma de la burguesía nacional: todo esto forma el contenido de la lucha contra la burguesía nacional en las distintas etapas y en diferentes periodos de la revolución.
La burguesía nacional y la reconstrucción económica
La burguesía nacional está llamada a desempeñar su rol en la revolución democrática popular. Esto se debe a que la revolución democrática popular en China se dirige contra el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático. Mientras que la burguesía nacional pudo, participó en el movimiento contra el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático. Esto no es todo. China es un país muy atrasado en cuanto a industrias modernas se refiere, y los países imperialistas seguirán siendo hostiles, incluso después de que se haya ganado la victoria completa de la revolución china.
Por lo tanto, es necesario atraer a la burguesía nacional en la lucha común para resistir la opresión imperialista y mejorar la situación económica de la China atrasada.
Sin embargo, esta política de integración de la burguesía nacional en el esfuerzo común por mejorar la situación económica de China no significa en absoluto la expansión ilimitada del capital privado, que llevaría a China a desarrollarse en dirección del capitalismo. En primer lugar, el tener una economía de propiedad estatal, de carácter socialista, que ocupa un lugar preponderante en la industria moderna de China, hace que sea imposible, para el capital privado de la burguesía nacional, llevar a China en la dirección del capitalismo. En segundo lugar, el Gobierno Popular adopta la política de alentar y ayudar “al funcionamiento activo de todas las empresas económicas privadas que beneficien el bienestar nacional y la vida del pueblo”. (Artículo 30 del “Programa Común”). El nuevo gobierno también alienta el desarrollo de estas empresas privadas “hacia el capitalismo de Estado mediante formas como las siguientes: cumplir encargos de las empresas estatales, constituir empresas mixtas con el Estado o, bajo el sistema de concesiones, administrar empresas estatales y explotar recursos nacionales”. (Artículo 31 del “Programa Común”). Esto significa que la existencia del capital privado de la burguesía nacional y su desarrollo bajo el control adecuado del Estado dirigido por la clase obrera china, en realidad servirá para promover el socialismo en lugar del capitalismo en China.
Por supuesto, esto no quiere decir que no existan contradicciones y, por consiguiente, que no exista lucha, entre la economía estatal de carácter socialista y la economía privada que funciona con un carácter capitalista. No, las contradicciones existen y la lucha es inevitable y se agudizará aún más.
Pero dado que ya se han producido enormes cambios en la fuerza relativa de las diferentes clases en China, dado que el poderoso aparato estatal está ahora en manos del pueblo, y dado que la creciente economía de propiedad estatal de carácter socialista junto a la economía cooperativa de carácter semisocialista se convertirán en los componentes principales de la economía de China, este tipo de contradicción y lucha no tiene que ser resuelto con derramamiento de sangre, puede ser resuelto, en gran medida, por medio de la educación y la reforma.
 
Fuente: http://www.revolutionarydemocracy.org/archive/huai.htm
Traducido para “Crítica Marxista-Leninista” por Jiang Yucmoi

Nota de la traductora:
Para las citas de Lenin, Stalin y Mao Tsetung, se han utilizado las traducciones castellanas de las obras escogidas oficiales de cada autor.
En el caso del artículo 31 del “Programa Común”, se ha transcrito la versión castellana que aparece en la nota 1 del artículo de Mao, “Camino obligado para la transformación de la industria y comercio capitalistas”, del tomo V de sus obras escogidas.

Descargar "La burguesía nacional en la revolución china" de Yu Huai.