domingo, 18 de agosto de 2013

La democracia popular en los países de Oriente. Una conferencia de académicos soviéticos en 1951


El concepto de democracia popular fue objeto de estudio de los académicos soviéticos a principios de los años 1950. Por supuesto, el tema no era nuevo entre los marxistas. La teoría de las etapas de la revolución proletaria tiene sus orígenes en Marx y Engels. Más tarde, Lenin la desarrolló bajo las condiciones del imperialismo. Desde entonces cada revolución ha contribuido a la comprensión, síntesis y desarrollo de la teoría de la revolución ininterrumpida por etapas.  

El desarrollo de procesos revolucionarios en países mucho más atrasados de lo que fue Rusia en 1917 –concretamente en los países de Oriente– plantearon a la III Internacional la necesidad de insistir en que se observen las particularidades nacionales de cada país en la aplicación de las directrices y la obligación de entender de qué forma la teoría marxista-leninista encontraba su aplicación en latitudes donde no existía clase obrera o este era incipiente.

Todos partían de las tesis de Lenin y Stalin y las de la III Internacional sobre la revolución en países coloniales y dependientes. La revolución china confirmó estas tesis revolucionarias y a su vez permitió desarrollarlas aún más, estableciendo puntos de referencia significativos para otros países de poco desarrollados. Asimismo, las revoluciones albanesa, vietnamita y otras confirmaron la validez de las tesis marxista-leninistas de la revolución. 

Particular atención, obviamente, mereció la forma en que se desarrolló la primera etapa de la revolución, la revolución democrática, en aquellos nuevos países que desarrollaron movimientos revolucionarios antiimperialistas y antifeudales, y triunfaron. Partes constitutivas de esta etapa democrático-popular de la revolución son por supuesto la dictadura democrático-popular y la organización de la economía de los países de democracia popular.  

La dictadura democrático-popular era y es una derivación  directa de la “dictadura democrático-revolucionaria del proletariado y del campesinado” que Lenin enunciara, especialmente en sus “Dos Tácticas”. Esta dictadura democrático-popular, dirigida por el proletariado y basada en la alianza obrero-campesina, es una forma de la dictadura del proletariado que toma cuerpo en países atrasados en los que las condiciones históricas, económicas, sociales y políticas plantean la necesidad de permitir y estimular durante un tiempo formas no socialistas de producción, incluyendo formas capitalistas. Esto significa que la base social del frente único que dirige el proletariado en esta revolución democrática es tan amplia que puede incluir a elementos burgueses y pequeñoburgueses mientras éstos coincidan con los intereses del proletariado. 

Esto se reflejará en la estructura económica, social y política del régimen de democracia popular hasta que maduren las condiciones materiales y subjetivas que permitan y exijan que la clase obrera plantee las tareas estrictamente proletarias y realice la transformación de la revolución democrática en socialista, expropiando completamente a la burguesía e iniciando su liquidación como clase, tanto en la ciudad como en el campo, para establecer plenamente la propiedad socialista de los medios de producción en sus dos formas conocidas. 

En 1919, dirigiéndose a los comunistas de Oriente, Lenin les decía que ellos enfrentaban una tarea que hasta ese momento los comunistas no habían afrontado, la de adaptar la teoría general y la práctica del comunismo a las condiciones especificas en las que la mayoría de la población es campesina, luchando tanto contra el capitalismo como contra las supervivencias feudales. La experiencia de la revolución china enriqueció la teoría de la revolución y dio luces para la aplicación creadora del marxismo-leninismo en otros países. De manera especial, Stalin y la III Internacional establecieron las líneas generales de la revolución china, su programa, su carácter, sus etapas, su estrategia, sus fuerzas motrices, su fuerza dirigente, el papel del ejército revolucionario, sobre los órganos de poder, etc. Estas sirvieron de base para que el PCCh y sus dirigentes aplicaran, enriqueceran y desarrollaran esas líneas generales, nutriéndola de todo lo que la experiencia revolucionaria les ofrecía. La experiencia china permitió hacerlo con creces, permitió resolver muchos problemas planteados que esperaban solución en el crisol de la lucha revolucionaria. No es casual que al PCCh y a su líder Mao Zedong les cupiera esta tarea.  

La importancia de la revolución china y las lecciones al proletariado del mundo entero se derivaron de los hechos particulares de la situación internacional e interna de China, que se resumen en el hecho de que la revolución China es la revolución más importante después de la revolución de Octubre. 

A veces se comete el error de decir que la “revolución democrático-popular”, el sistema de democracia popular y la dictadura democrático-popular son creación de Mao Zedong. Esto se hace generalmente, desde el lado maoísta, para acentuar la contribución teórica y original de Mao al marxismo-leninismo. También se comete este error –al combatir con razón la teoría maoísta de la “nueva democracia” como ajena al marxismo– criticando como maoístas también cuestiones de la revolución y de la dictadura que son propias del marxismo-leninismo. No se puede desconocer que la revolución china y Mao han contribuido más que nadie al tratamiento de este problema y han aportado tesis y lecciones al acervo del marxismo-leninismo. Lo notable hubiera sido que no lo hicieran. Sin embargo, junto a las aportaciones también existen errores sustanciales que impidieron que la transformación de la revolución democrática en revolución socialista se desarrollara con apego a la teoría y la práctica marxista-leninista de la revolución socialista, y llevara en su seno las semillas de su propio fracaso, materializado en la restauración capitalista por acción de seudocomunistas que nunca pasaron de ser demócratas burgueses. 

El artículo que a continuación presentamos es una amplia nota de prensa que relata los términos en que académicos soviéticos discutían la experiencia de la democracia popular en los países de Oriente, a principios de la década de 1950. Aunque no es exhaustivo en su explicación nos revela a grandes rasgos las características que más llamaban la atención sobre el sistema de democracia popular en esos países.
 
 
 
Sobre el carácter y las características específicas de la democracia popular en los países de Oriente
(1952) 

Del 12 al 23 de noviembre de 1951, en el Instituto de Estudios Orientales de la Academia de Ciencias de la URSS, se celebró una conferencia científica dedicada a la discusión de la cuestión del carácter y las características específicas del sistema de democracia popular en los países de Oriente. La conferencia fue organizada por el departamento de historia del Consejo Científico del Instituto de Estudios Orientales de la Academia de Ciencias de la URSS y por el departamento de economía y política de países extranjeros de la Academia de Ciencias Sociales adjunto al CC del PCUS (b). La conferencia se inició con la exposición del miembro de la Academia de Ciencias de la URSS E.M. Zhukov sobre el tema “Las características específicas de las democracias populares en Oriente”. 

El orador señaló que el camino hacia el socialismo a través de la democracia popular es aplicable tanto a los países capitalistas desarrollados como a los países coloniales y dependientes subdesarrollados. A pesar de las condiciones particulares que determinaron la creación y el desarrollo de los regímenes de democracia popular en cada uno de estos países, a pesar de las diferencias sustanciales en su nivel de desarrollo económico y cultural, los cuatro Estados de democracia popular establecidos por los pueblos de Oriente –la República Popular de China, la República Popular de Mongolia, la República Popular Democrática de Corea y la República Democrática de Vietnam– constituyen sin embargo un grupo único de países orientales de democracia popular. La principal peculiaridad de las democracias populares de los países orientales consiste en el hecho de que en China, Mongolia, Corea y Vietnam, la democracia popular en esta etapa de desarrollo cumple las tareas de la revolución democrática burguesa y antifeudal, no plantea la perspectiva inmediata de la construcción del socialismo y, por lo tanto, no cumple con las funciones de la dictadura del proletariado. 

La principal razón de este estado de cosas se basa en el hecho de que estos países han estado hasta hace poco bajo el yugo colonial que impedía su desarrollo económico y la liquidación de los remanentes más bárbaros del feudalismo, que azotaban principalmente a los campesinos que constituyen la mayoría de la población en Asia. La superación del atraso económico y cultural derivado de la antigua opresión colonial, requiere un periodo relativamente largo de transformación. No es posible forzar el ritmo de las reformas democrático-burguesas, de la forma en que se hizo en las democracias populares europeas, que, a pesar de haber sido objeto de la opresión imperialista en el pasado, no experimentaron sin embargo una dominación colonial tan larga. La necesidad de superar los efectos de la esclavitud capitalista, tan íntimamente ligada a la opresión feudal, determina el carácter del régimen democrático popular en los países de Oriente. Las democracias populares de Oriente tienen un carácter abierto antiimperialista y antifeudal y se basan en una amplia coalición de fuerzas antiimperialistas y antifeudales, que no sólo abarcan a los obreros y campesinos, sino también la pequeña burguesía urbana y a todos aquellos grupos sociales que puedan estar por la defensa de la independencia nacional de la agresión externa de los imperialistas y por la lucha antifeudal de los campesinos. Al hablar de los países orientales de democracia popular en su conjunto, no debe olvidarse las diferencias que existen entre ellos. Para abordar la cuestión de las particularidades y el carácter de las democracias populares en Oriente, hay que recordar los tres principios tácticos básicos del leninismo, formulados por J.V. Stalin en 1927, en su obra “Notas sobre temas de actualidad” [J.V. Stalin, Obras Completas, t. 9]. El orador revisó las principales características de los Estados de democracia popular en Oriente –la República Popular de Mongolia, la República Democrática Popular de Corea, la República Democrática de Vietnam y la República Popular de China– y subrayó la necesidad de tener en cuenta las peculiaridades de cada país y lo inaceptable de abordarlos por igual. 

El orador se refirió en especial a la situación en la República Popular de China, en particular al nivel de éxito que el Partido Comunista ha alcanzado en la creación del frente único democrático popular y en la reforma agraria. La experiencia de la revolución china tiene una gran importancia. Los documentos del Partido Comunista de la India y del Partido del Trabajo de Vietnam son testimonio de la fecunda influencia de la revolución china. Pero debe recordarse el primer principio del leninismo, el principio de tener en cuenta las peculiaridades nacionales y las características específicas de cada país; sería arriesgado considerar a la revolución china como una especie de “modelo” para la revolución democrática popular en otros países asiáticos. En particular, sería difícil imaginar que otros países de Oriente que siguen el camino de la democracia popular, puedan contar con la gran ventaja de la revolución china, encarnada por su ejército revolucionario. Por supuesto, esto no implica que los pueblos progresistas de India, Indonesia o cualquier otro país de Oriente no deban tomar en cuenta la experiencia de la revolución china y la experiencia de la Revolución de Octubre en Rusia para resolver miles de problemas. Común a todos los países de democracia popular en Oriente y Occidente es el despertar de las amplias masas populares, su lucha activa bajo la dirección de la clase obrera, bajo la bandera del leninismo, por la democracia, la paz y el socialismo. La criminal agresión del imperialismo norteamericano contra Corea y las políticas colonialistas agresivas del imperialismo británico en el Medio Oriente, han despertado los sentimientos antiimperialistas de cientos de millones de personas en Asia.

Esto crea las condiciones para la formación de un amplio frente antiimperialista que comprenda, como dice el programa del Partido Comunista de la India, a “millones de masas de obreros, campesinos, intelectuales trabajadores, clases medias, así como a la burguesía nacional interesada ​​en la libertad y la independencia de su país y en la creación de condiciones para una vida digna”. 

La experiencia del movimiento de liberación nacional muestra que la creación de un frente único antiimperialista tiene una importancia primordial para el éxito de la lucha por la independencia en los países coloniales. Este frente es más poderoso mientras más campesinos, que constituyen la mayoría de la población de los países coloniales, estén involucrados en la lucha antiimperialista. La solución de la cuestión agraria y la lucha contra el feudalismo y los remanentes feudales son los elementos más importantes en el movimiento de liberación nacional en los países coloniales y semicoloniales. 

El orador refiriéndose a varias declaraciones de Lenin con respecto a las tareas del movimiento revolucionario en los países atrasados, señaló que la lucha por la liquidación de los remanentes feudales era y sigue siendo la principal tarea del proletariado y de los partidos comunistas en los países oprimidos por el imperialismo. 

En cuanto a la cuestión de la posibilidad de la formación de un bloque o incluso de una plataforma unificada con la burguesía nacional en los países dependientes, el orador examinó el concepto de burguesía nacional, que excluye a la burguesía compradora estrechamente vinculada con el imperialismo, y divide a la burguesía nacional en gran burguesía y burguesía media. La primera está estrechamente ligada a los terratenientes y es propensa a un compromiso con el imperialismo, por lo que es un miembro transitorio y poco fiable del frente único. 

La ampliación sin precedentes del frente antiimperialista en Asia plantea agudamente la cuestión de la necesidad de incrementar el papel dirigente de la clase obrera, la clase que tiene la hegemonía en las revoluciones de liberación nacional, y el fortalecimiento de su alianza con el campesinado. La alianza de la clase obrera y el campesinado es la base del frente antiimperialista en los países de Oriente. 

El éxito de los países de democracia popular de Asia y el impulso general del movimiento de liberación nacional en Oriente dan testimonio de la consolidación del papel del proletariado. Los partidos comunistas y obreros (o del trabajo) en varios países de Asia ya disfrutan del reconocimiento como fuerza política dirigente de millones de trabajadores. Pero las exigencias hacia la dirección del proletariado están en constante crecimiento, no sólo en los países de democracia popular, sino también en las colonias y semicolonias de Oriente. 

El gran respeto y reconocimiento a la Unión Soviética y al camarada Stalin inspira a las grandes masas de los países orientales en su lucha por la democracia popular, por la liberación nacional y por la paz. En el debate sobre el informe presentado por E.M. Zhukov, intervinieron 16 personas: miembro de la Academia de Ciencias de Tayikistán I.S. Braginski, PhD, A.M. Dyakov y G.N. Voitinski, licenciado en ciencias I.Y. Zlatkin, B.N. Nikiforov, A.N. Yzhyanov, A.I. Stadichenko, P.P. Staritsina, L. A. Sikiryanskaya, G.B. Erenburg, V.V. Balabushevich, G.V. Astafyev, A.N. Jeifets, coronel A.A. Martínov, aspirante a la Academia de Ciencias Sociales del CC del PCUS(b) Yu.P. Nasenko y un funcionario del Instituto de Estudios Asiáticos de la Academia de Ciencias de la URSS, G.I. Levinson. 

Los camaradas que intervinieron en el debate plantearon varias cuestiones no sólo relacionadas con la cuestión de la definición del carácter y las peculiaridades de las democracias populares en Oriente, sino también con la historia de su creación y desarrollo y las perspectivas futuras para la transformación de las revoluciones democráticas populares en revolución socialista. 

Las principales cuestiones objeto del debate fueron: 

1.       Las características generales comunes a las democracias populares en Occidente y Oriente, y sus peculiaridades en los países de Oriente;
2.      Las características particulares del sistema de democracia popular en los países en que no hay o no hubo clase proletaria en el momento del establecimiento del poder popular;
3.      Los orígenes de la forma democrática popular de poder político;
4.      La importancia de la revolución china y los diferentes caminos para la aplicación de su experiencia en otros países de Oriente;
5.      La cuestión de la vía no capitalista de desarrollo, en relación con a China y la India;
6.      La cuestión de la elevación de la revolución democrática popular en revolución socialista.


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Izvestiya Akademii Nauk SSSR”, Seriya Istorii i Filosofii, vol. IX, nº 1 (1952) pp. 80-87.
 
Fuente: “On the character and specific features of people's democracy in the countries of the East”. Traducido del ruso por “Inter”. Publicado en revolutionarydemocracy.org 

Traducido para “Crítica Marxista-Leninista” por Ykv.Pk.