martes, 28 de mayo de 2013

Logros de la economía socialista en la Albania de Enver Hoxha

El documento que publicamos ofrece una visión panorámica de la economía socialista de Albania durante la vida de Enver Hoxha, desde la óptica de un escritor burgés. Sin embargo, es bastante ilustrativo de las luchas y logros de la clase obrera y el pueblo albanés bajo la dirección del Partido del Trabajo de Albania encabezado por Enver Hoxha. Remontando el atraso secular en el que las clases explotadoras y el imperialismo habían sumido a Albania, agudizado por la devastación de la guerra que hizo de Albania el país europeo que sufrió el mayor daño, el Partido del Trabajo de Albania supo conducir al pueblo albanés en la tarea de la recuperación económica, en el establecimiento de la base económica del socialismo y en el ulterior camino de la edificación completa del socialismo, con sorprendentes resultados. Lo característico de la experiencia albanesa es la consecuencia de la dirección del PTA en aplicar los principios del marxismo-leninismo y las enseñanzas de la experiencia socialista de la URSS de Lenin y Stalin. Este apego a los principios que algunos oportunistas llaman "dogmatismo" fue la garantía para la elaboración de una línea general correcta en todos los ámbitos de la revolución y la edificación socialista. Los prejuicios burgueses del autor y la subjetividad en su interpretación de las motivaciones y las políticas de Enver Hoxha y el PTA son evidentes en el texto, pero no le impiden reconocer la grandeza de la experiencia albanesa de construcción del socialismo. Al pie del artículo se pueden descargar nuestra traducción del capítulo pertinente a la economía y el libro completo en inglés de James S. O'Donnell.
 
La economía albanesa
James S. O’Donnell
Capítulo 10 del libro  A Coming of Age. Albania Under Enver Hoxha”, 1999
(Extractos)
 
La dirección de Enver Hoxha y el Partido del Trabajo de Albania mantuvo tres objetivos principales durante todo el período que estuvo en el poder, y el sistema económico que produjo fue un resultado directo de los intentos de cumplir con estos objetivos sujetos a varias restricciones. Estos objetivos fueron: mantenerse en el poder, lograr la tasa de crecimiento más rápida posible, en particular en la industria, y asegurar que el Partido del Trabajo de Albania tenga la influencia directa más fuerte posible en todos los resultados económicos. Una limitación importante de estos objetivos fue la determinación de Enver Hoxha de establecer relaciones económicas externas sólo si la capacidad de tomar sus propias decisiones sobre los asuntos internos no se viera afectada.
 
Aunque independiente, Albania continuó hasta el final de la década de 1970 (en diversos grados) bajo la influencia de su principal aliado. La posición en que se encontraba Albania en el momento de la muerte de Enver Hoxha era el objetivo fundamental del socialismo albanés. En ese momento, Albania estaba en la posición que Enver Hoxha deseaba y que había planeado durante las décadas anteriores en el poder. Es cierto que se necesitaba una tecnología más moderna pero, en su mayor parte, Albania logró su objetivo de construir una base económica y de hacerse algo autosuficiente económicamente.
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La planificación económica en Albania dependió muy a menudo, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, de la situación vigente de su política exterior, en relación con el principal aliado de Albania en cada momento particular. Los cambios en las alianzas provocaron ​​cambios ad hoc en la planificación económica de Albania. Una forma sencilla de ver estos patrones de alianza, en términos de desarrollo económico, dice que Albania explotó al máximo cada alianza con el fin de obtener el máximo provecho económico, para luego moverse hacia “pastos más verdes”. Se movió progresivamente de alianza en alianza, hasta que fue lo suficientemente fuerte como para basarse principalmente en sus propias fuerzas.
 
Hubo mucha lógica detrás del movimiento aparentemente audaz de Albania de basarse en sus propios recursos, algo que va mucho más allá de la base ideológica que a menudo se le atribuye. Albania estaba muy bien dotada de recursos naturales. Este hecho le permitió enfatizar el desarrollo de tres sectores fundamentales: la generación de electricidad, la minería y la construcción de maquinaria. Estas industrias permitieron que Albania logre muchos de sus objetivos de autosuficiencia. En su conjunto, la economía albanesa bajo la dirección de Enver Hoxha hizo la transición desde la dependencia de la ayuda exterior hasta la casi autosuficiencia económica, siguiendo el principio de basarse en sus propias fuerzas. Más aun, este desarrollo fue un proceso evolutivo natural. El punto, que nunca estará demás enfatizar, es que cualquier evaluación de la economía albanesa debe ser precedida de la necesidad de hacer comparaciones y juicios sólo dentro de los parámetros de la experiencia histórica de Albania. Por ejemplo, sería totalmente injusto y nada realista emitir juicios sobre el desarrollo económico albanés comparando Albania, durante el periodo en cuestión, con cualquier otro país. En la mayoría de las áreas, especialmente en el ámbito económico, Albania tuvo un punto de partida bastante rudimentario. Básicamente, no tenía industria antes de la Segunda Guerra Mundial. “La época del vapor y la electricidad casi no la había afectado en absoluto... La industria, en el verdadero sentido de esta palabra, era inexistente [sic.]”.
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Este panorama económico sombrío empeoró aún más durante la Segunda Guerra Mundial. Albania se encontraba en una situación económica muy precaria cuando Enver Hoxha y el Partido del Trabajo de Albania asumieron el poder. Los combates destruyeron gran parte del material útil con fines económicos que existía. De hecho, el daño per cápita de Albania ha sido estimado como el más alto de Europa.
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El comunismo, en el plano teórico, parece ser una aberración para la situación albanesa, ya que había pocas, si alguna, de las condiciones históricas presentes que tradicionalmente son necesarias para que un gobierno comunista esté en el poder. El más obvio componente era la virtual ausencia de la clase obrera.
 
Fue en este contexto caótico y primitivo en que el Partido del Trabajo de Albania empezó su tarea de desarrollo económico de Albania
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Una de las declaraciones más concisas y sucintas que detallan los objetivos de Enver Hoxha para la construcción de la economía de Albania concentrándose en la industrialización, se hizo en el Primer Congreso del Partido en noviembre de 1948, cuando se anunció que:  

“… la tarea económica fundamental consistía en sacar al país de su muy atrasado estado mediante un rápido impulso de las fuerzas productivas.


La realización de esta tarea era inconcebible sin la industrialización socialista y la electrificación del país, que constituían sus elementos fundamentales. La indispensabilidad de la industrialización estaba dictada por la necesidad de crear una base material y técnica enteramente nueva en la economía popular, de desarrollar en el país la producción de mercancías, de preparar las condiciones para la reorganización de la agricultura sobre bases socialistas, de acrecentar la clase obrera de manera que pudiese consolidar su posición dirigente, y finalmente, por la necesidad de salvaguardar las conquistas de la revolución y de garantizar la edificación del socialismo.


La industrialización socialista debía ser realizada a ritmos rápidos para poder superar en el más breve plazo el atraso heredado del pasado, asegurar el desarrollo independiente de la economía y lograr una elevación considerable del nivel de vida material y cultural de las masas trabajadoras.”

 
La construcción de la economía albanesa comenzó en serio con la aprobación de la Ley de Reforma Agraria, en agosto de 1945. Esta ley eliminó del campo todos los latifundios de propiedad de los beyes y de los grandes terratenientes. Todos los bosques y pastos y toda la tierra propiedad de personas con ingresos no agrícolas fueron expropiados sin indemnización. A los agricultores que obtenían todos sus ingresos de la agricultura y trabajaban la tierra con maquinaria se les permitió conservar hasta cuarenta hectáreas de tierra. Los agricultores que no utilizaban máquinas y la tierra de todas las instituciones religiosas se limitaron a veinte hectáreas. Los campesinos sin tierra recibieron cinco hectáreas por familia, y recibían más por cada hijo casado que viviera en la propiedad de la familia. El área total y la propiedad redistribuidos como consecuencia de estas reformas, fue de 172,659 hectáreas de tierra, 474,227 árboles de olivos y 5,923 animales de carga.
 
Esta ley es importante porque demostró a los campesinos la viabilidad del nuevo gobierno. También fue una estrategia práctica en términos de ganar apoyo popular para el gobierno, porque esta ley permitió que los campesinos albaneses lograran uno de sus sueños tradicionales: poseer sus tierras. Albania pasó de ser una tierra de grandes propiedades a una de 70,000 pequeñas explotaciones. Antes de esta ley, el 52.43 por ciento de todas las tierras en Albania era propiedad de los grandes terratenientes, el 28.07 por ciento de la tierra era propiedad de pequeños agricultores y el Estado poseía el 18.71 por ciento. Después de que se aprobó la Ley de Reforma, los beyes tenían sólo el 16.38 por ciento de la tierra, los pequeños agricultores tenían el 43.17 por ciento y los antiguos campesinos sin tierras tenían el 34.63 por ciento.
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... Hay poca diferencia entre la Albania de antes de la Ley de Reforma de 1945 y la versión “clásica” del feudalismo visto en la Edad Media. Esta es la razón por la que la reforma agraria fue un desarrollo tan significativo en términos de llevar gradualmente a Albania hacia el siglo XX. 
 
Las industrias que existían, inmediatamente después de la guerra, fueron nacionalizadas a un ritmo rápido. Por ejemplo, en 1944, sólo el tres por ciento de la industria de Albania estaba nacionalizada. Esta cantidad se elevó a diecisiete por ciento en 1945 y se disparó a ochenta y nueve por ciento en 1946.
 
El crecimiento de la industria de Albania fue absolutamente increíble, tanto en velocidad como en extensión. Cuando se tiene en cuenta la magnitud del daño hecho en Albania durante la Segunda Guerra Mundial, es muy impresionante que Albania fuera capaz de recuperarse de ese daño y, en 1946, igualar su nivel de producción industrial anterior a la guerra. Sin embargo, aún más impresionante es el hecho de que en 1948, Albania hubiera duplicado su producción industrial de antes de la guerra. Todos deben estar de acuerdo en que este fue un comienzo muy alentador para el nuevo gobierno popular.
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La evolución del plan de industrialización que siguió a Albania a través de los años que Enver Hoxha estuvo en el poder podría ser definida por sus cinco características principales: 
 
1)      El desarrollo simultáneo y armónico de la industria y la agricultura, considerando a la industria como la rama dirigente de la economía y la agricultura como su rama básica;
2)     El desarrollo prioritario de la industria pesada, que es el corazón de la industrialización socialista;
3)     Las tasas aceleradas de desarrollo de la industria;
4)     El desarrollo de la industria en aquellas direcciones que garanticen y fortalezcan el principio de confiar en nuestras propias fuerzas;
5)     El desarrollo prioritario de la industria pesada, sin dejar de lado la industria ligera y de bienes de consumo.
 
El primer componente que consiste en el vínculo crucial entre la industria y la agricultura puede explicarse de esta forma sencilla. Un análisis superficial podría dar crédito a la idea de que la industria es la más importante de las dos ramas de la economía. Sin embargo, la industria no puede existir sin la agricultura. La industria necesita materias primas que la agricultura ofrece y, lo más importante, la agricultura es necesaria para alimentar a la clase obrera, que sin comida no podría trabajar y la industria dejaría de existir. 
 
La importancia de la agricultura se puede ver mejor en el “consejo” dado por Stalin a Hoxha: “El campesinado”, me dijo el camarada Stalin, “no debe dejar una sola pulgada de tierra sin cubrir. Se debe persuadir a los campesinos para que aumenten el área de tierra cultivable”. Este “consejo” camaraderil fue seguido estrictamente, mucha tierra virgen fue labrada y sembrada de cultivos. En 1957, se construyeron canales de irrigación que regaban 97,100 hectáreas de tierra. Esto representaba el 336 por ciento de la tierra irrigada que existía en 1938. Del mismo modo, mejoras en la tierra se hicieron en el ámbito de la recuperación de tierras mediante el drenaje de los pantanos. En 1955, se recuperaron 52,704 hectáreas de tierra, es decir, 10,541 por ciento en comparación con 1938. La superficie total de la tierra cultivable en Albania aumentó de 391,000 hectáreas en 1950 a 713,000 hectáreas en 1985.
 
La productividad agrícola mejoró no sólo debido al aumento en el área labrada sino también al empleo de técnicas más científicas. Dos resultados representativos de la tecnología adicional fueron el aumento de los rendimientos en los cultivos y en la ganadería lechera. Por ejemplo, en 1973, se alcanzó un rendimiento promedio de 20 quintales de trigo por hectárea, en comparación con 10 quintales en 1938. El promedio producido en 1983 fue 45.8 quintales por hectárea. Del mismo modo, “el rendimiento promedio de leche por vaca fue de 280 kilogramos en 1938, de 525 kilogramos en 1960, de 922 kilogramos en 1970 y de 1,142 kilogramos en 1973”. 
 
En 1976, de acuerdo con informes oficiales, se produjo el mayor logro de la agricultura albanesa: Albania se convirtió en autosuficiente en cereales de panificación. Si es verdad, este es uno de los logros más prácticos de la política de basarse en las propias fuerzas. Esto es muy impresionante, especialmente si se tiene en cuenta el terreno montañoso (la mayoría no es apta para la agricultura a gran escala), que cubre la mayor parte de Albania.
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El énfasis puesto en lograr la autosuficiencia en la producción de cereales de panificación puede ser mejor visto mediante este extracto del Informe ante el VII Congreso del Partido del Trabajo de Albania, de Enver Hoxha. 
 
“El logro de la autosuficiencia en cereales de panificación es una tarea de gran importancia económica, política y estratégica. La producción nacional de cereales asegura el pan del pueblo y le da un fuerte impulso a toda la economía, consolida aún más los fundamentos de la independencia de la Patria socialista, es una garantía de que seremos capaces de hacer frente a cualquier situación, en las buenas y en las malas, hace al país independiente del grano importado de una vez por todas, y libera grandes cantidades de divisas que pueden ser utilizadas para otros fines.”
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El segundo componente del plan de industrialización de Albania fue la piedra angular de toda la estrategia de Albania detrás de la sociedad planificada. También era el ámbito donde el socialismo difería notablemente del capitalismo. La industria pesada producía los medios de producción. Por lo tanto, era indispensable para una economía socialista. Hubo una progresión definida en términos de priorizar ciertas ramas de la industria sobre las demás en un momento dado, como parte de ese intento racional en la planificación de la economía de Albania:

“Así que, durante cierto tiempo, la industria pesada se desarrolló principalmente como una industria extractiva, pasando progresivamente al desarrollo de las diversas ramas de la industria pesada, como la metalurgia ferrosa y no ferrosa, que es el centro neurálgico de la industria de construcción de máquinas."
 
Los economistas albaneses, H. Banja y V. Toci consideran que, en una economía capitalista, la industria ligera se desarrolla primero, debido a la capacidad de generar ganancias más rápidas, aparejada a una inversión mucho menor. Sólo después de que se han obtenido suficientes ganancias, empieza a desarrollarse intensamente la industria pesada. En una economía socialista, como la que existía en Albania, sucede lo contrario, el desarrollo de la industria ligera viene naturalmente después de que se establece una fuerte industria pesada, totalmente formada. 
 
El tercer componente del plan económico de Albania se basa estrictamente en los planes de desarrollo propugnado por José Stalin. El rápido ritmo de desarrollo de la industria pesada fue el catalizador que impulsó el crecimiento de toda la economía albanesa. Stalin es citado diciendo: 

“…El ritmo rápido de desarrollo de la industria en general, y de la producción de los medios de producción en particular, constituye el factor principal, la clave de la industrialización y la transformación de toda la economía popular sobre la base del desarrollo socialista.”
 
 
No es necesario decir que no hubo desviación de las políticas de José Stalin en la Albania de Enver Hoxha. 
 
El cuarto componente del plan de Albania para el desarrollo económico basado en el principio de basarse en las propias fuerzas, fue la culminación de muchos años de experiencia albanesa. El basarse en las propias fuerzas era tan vital para el pensamiento albanés: “Nuestro Partido ha defendido y defiende el principio de que basarse en las propias fuerzas no es una política temporal y coyuntural, sino una necesidad objetiva para todos los países, grandes o pequeños”. Todas las ramas de la industria son interdependientes, unas de otras. Si una rama fallara esto tendría un efecto concomitante sobre las otras ramas de la economía. Además, el desarrollo de la economía bajo los auspicios de la política de basarse en las propias fuerzas 

“…garantiza y fortalece la independencia económica e industrial en todas las circunstancias internacionales, mejora las balanzas [sic] de importación-exportación y cubre las principales y más urgentes  necesidades de la población y la economía. El desarrollo tiene que seguir aquellas direcciones que se convierten en escudos seguros contra cualquier posible amenaza a la libertad, la independencia y el orden social de la patria.”

 
Por lo tanto, el desarrollo de la economía, siguiendo el principio de basarse en las propias fuerzas, está indisolublemente ligado con el concepto que tiene Albania de la independencia y la conservación de la soberanía. 
 
Un dato curioso acerca del principio de basarse en las propias fuerzas es que la raíz de esta filosofía parece haber sido derivada del “consejo” que le dio Stalin a Enver Hoxha en julio de 1947, durante una visita a Moscú. Stalin le dijo a Hoxha que: “Albania debe caminar por sí misma, porque tiene todas las posibilidades para hacerlo.” Hoxha respondió: “Sí, avanzaremos cueste lo que cueste.”
 
El quinto y último componente de la estrategia de Albania para el desarrollo de la industria aborda el delicado equilibrio entre dar prioridad a la industria pesada, mientras se desarrolla, al mismo tiempo, la industria ligera, aunque a un ritmo más lento. La industria pesada, la pieza clave de la economía albanesa, por lo general estaba localizada cerca de la fuente de las materias primas o cerca de las grandes ciudades, la fuente de la gran mano de obra necesaria para sostener una gran empresa. Un enfoque diferente se adoptó en lo que respecta a la industria ligera, que por lo general no tiene tanta necesidad de estar ubicada en un lugar en particular. El plan albanés apeló a una cuidadosa distribución geográfica de las diversas industrias ligeras, a fin de no descuidar ningún distrito. De esta forma, los distritos anteriormente atrasados fueron incorporados cada vez más en la sociedad albanesa, así como en la economía.
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El Primer Plan Quinquenal (1951-1955) puso énfasis en el desarrollo de la industria pesada sobre el desarrollo de la agricultura y, en lo que se convertiría en una tendencia recurrente, estableció objetivos ambiciosos para el plan. Se tenía la intención de transformar a Albania de un país agrario atrasado en un país agrario-industrial. Este plan preveía un aumento de la producción industrial en general a una tasa anual promedio de 27.7 por ciento, los bienes de consumo se incrementarían en un 26.5 por ciento y la fabricación de electrodomésticos aumentaría en un 31 por ciento. El aumento real en la producción industrial en general fue un incremento promedio anual de 22.8 por ciento, la producción de bienes de consumo aumentó en un promedio anual de 24.3 por ciento y los medios de producción aumentaron a una tasa promedio anual del 20.7 por ciento. A pesar de que no se cumplió con las altas metas de los objetivos del plan, sin embargo, se alcanzaron tasas de crecimiento impresionantes.
 
El segmento de la economía que mostró un crecimiento muy marcado durante ese periodo del plan fue la industria de extracción de mineral. Se implementó un plan sistemático y organizado que puso énfasis en la necesidad de que esta industria creciera debido a su gran potencial como una lucrativa fuente de capital de exportación.
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El Segundo Plan Quinquenal (1956-1960) produjo resultados similares a los del Primer Plan Quinquenal. El plan estableció el objetivo de crecimiento anual promedio de catorce por ciento para la producción industrial en el periodo. El incremento promedio anual para cada uno de los cinco años fue de diecisiete por ciento. Los economistas albaneses afirman que en 1960 se construyó la base económica del socialismo. Esto llevó a Albania a la fase de la “completa edificación de la sociedad socialista”. 
 
El Segundo Plan Quinquenal fue el último plan en el que Albania tuvo a la Unión Soviética como su principal benefactor durante todo el plan. Debido en gran parte a la generosa ayuda soviética, el plan se cumplió aproximadamente un año antes de lo previsto. Albania había logrado alcanzar en 1959 la tasa de producción industrial que se proyectó para 1960. La producción industrial fue 2.2 veces mayor en 1960 que en 1955 y 25 veces mayor que en 1938. Para ese periodo de cinco años, la producción de medios de producción se incrementó a una tasa promedio anual de 18 por ciento, mientras que la producción de bienes de consumo aumentó a una tasa anual promedio de 16.1 por ciento. Del mismo modo, la industria minera continuó su impresionante crecimiento, duplicando su producción en 1960, en comparación con 1955.
 
La muerte de José Stalin en 1953 marcó un punto de inflexión, no sólo para las relaciones de Albania y la Unión Soviética en general, sino también para el ámbito económico concreto. El enfoque de la ayuda soviética cambió por completo debido al cambio en la dirección soviética. Stalin había promovido la tesis de la prioridad de concentrar los recursos en el crecimiento de la industria pesada sobre los otros sectores de la economía. Jruschov y otros miembros de la jerarquía del partido soviético eran diametralmente opuestos a esta estrategia y filosofía. 
 
El XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética en febrero de 1956 dio la primera señal pública de esta nueva estrategia de desarrollo. La estrategia era que la Unión Soviética como el principal país socialista, a través del instrumento del COMECON, aceleraría su propio desarrollo económico con el fin de alcanzar y, como Jruschov prometió, “enterrar a Occidente”. El método que debía aplicarse para lograr este fin era, en esencia, subordinar las economías de los pequeños países del bloque socialista a las necesidades de la economía de la Unión Soviética. 
 
Tanto Enver Hoxha como los propios soviéticos han dicho que esta nueva filosofía fue explicada a Hoxha personalmente por Nikita Jruschov, en su visita a Albania en 1959. La división del trabajo que se propugnaba consistía en que Albania se concentrara en la producción de cultivos comerciales, especialmente cítricos, y cultivos industriales, así como en la extracción (mediante la perforación de petróleo y minería) de materias primas. Jruschov creía que la meta de Albania debería haber sido convertirse en el “jardín de flores” del mundo socialista. Naturalmente, esta filosofía enfureció a Enver Hoxha. 
 
Una justificación para la posición de Albania en el ámbito de la divergencia de opinión con Jruschov en materia del desarrollo de Albania, puede verse en este pasaje dado por los profesores de Economía, H. Banja y V. Toci:

“Si Albania hubiera seguido el “consejo” de los revisionistas modernos, titistas, jruschovistas y otros, no tendría hoy la metalurgia ferrosa y no ferrosa, su cobre y hierro-níquel se destinarían a ser materia prima para la metalurgia de los países revisionistas; no tendría su industria de procesamiento de petróleo, su petróleo se enviaría para su procesamiento en otros países; no tendría sus propios pesticidas y fertilizantes químicos y la industria dependería de la importación de estos productos; no hubiera sido capaz de desarrollar la industria de energía eléctrica sobre la base de los recursos de agua y aceites minerales del país, y tampoco hubiera procedido a la electrificación del país, porque los revisionistas lo consideraban una utopía en las condiciones de Albania; no tendría la industria mecánica, capaz de producir en gran medida las piezas de repuesto necesarias para vehículos motorizados, tractores y otras ramas de la economía popular; no tendría la industria del cemento y de otros materiales de construcción, tendría que depender de la generosidad de otros para obtener estos productos.


En otras palabras, si Albania hubiera seguido los “consejos” de los revisionistas modernos, no tendría hoy una economía nacional independiente, que se sostiene sobre sus propios pies, una economía con una industria compleja, pesada y industria ligera, de extracción y de procesamiento, y con una agricultura avanzada, capaz de satisfacer las necesidades del país por cereales y otros productos. Si se hubiera permitido tal cosa se habría puesto en peligro la libertad y la independencia del país y se habría favorecido la salida de Albania del camino socialista. “Si el Partido, ha dicho el camarada Enver Hoxha, hubiera seguido el camino indicado por las camarillas de Tito y Jruschov, habría sido un suicidio y una traición a los altos intereses de la patria, el pueblo y el socialismo.”

 
Las ideas y los planes de Jruschov para Albania no lograron provocar que los albaneses se volvieran irracionales. Enver Hoxha no se limitó a enojarse; sin cuestionar, si bien a regañadientes, aceptó su destino como podría esperarse que hiciera el líder de un país pequeño debido a la falta de alternativas viables. Hoxha siguió una estrategia astuta y Albania explotó la situación mundial para su máximo beneficio. Paralelamente a estos acontecimientos se desarrollaba la batalla por la supremacía entre la Unión Soviética y China por el liderazgo del bloque socialista. 
 
Solo en 1959, Albania obtuvo $ 83.8 millones en ayuda y “préstamos” (que nunca serían pagados) de la Unión Soviética, $ 35 millones de otros países socialistas (miembros del COMECON) y $ 13.8 millones de China. Una vez más, Hoxha utilizó el apalancamiento que tenía por “estar en la valla” entre aliarse formalmente con uno u otro de los países que competían por el liderazgo del bloque comunista, para ganar la mayor cantidad de ayuda posible para su utilización en el desarrollo de la base económica de Albania. No es necesario hacer hincapié en lo mucho que significaban $ 132.6 millones de capital entrante para una pequeña economía. Sin duda, ésta fue una brillante obra de diplomacia. Siguió la tendencia general en las relaciones económicas albanesas, obteniendo efectivamente tanta ayuda como fuera posible antes de la ruptura de la alianza y la adopción de un nuevo benefactor principal. Las relaciones diplomáticas formales entre la Unión Soviética y Albania se rompieron el 3 de diciembre de 1961.
 
Los chinos, casi de inmediato, comenzaron a tomar el lugar de la Unión Soviética como principal benefactor de Albania. China proporcionó $ 123 millones en ayuda a Albania para compensar la retirada de la ayuda soviética y COMECON, que era necesaria para completar el Tercer Plan Quinquenal.
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Uno de los grandes logros, con las implicaciones de mayor alcance en muchos ámbitos de la vida económica, cultural, social, educativa, etc., que Albania alcanzó durante todo el periodo de los años de Enver Hoxha en el poder, fue la electrificación del país. Antes del gobierno de Hoxha, muchas aldeas remotas de las montañas no sólo no tenían electricidad, es muy probable que ni siquiera supieran de su existencia. 
 
Según el cronograma implementado por Enver Hoxha en 1960, Albania iba a lograr para 1985, la electrificación completa de todos los pueblos y centros poblados. Más tarde, en diciembre de 1967, cuando sólo el veinte y nueve por ciento de las aldeas estaba electrificada, el Comité Central del Partido del Trabajo de Albania adelantó esa fecha, estableciendo noviembre de 1971, el trigésimo aniversario de la fundación del Partido Comunista de Albania. Sin embargo, debido a la alta prioridad dada a este proyecto, Albania logró la electrificación total del país antes de lo previsto, el 25 de octubre de 1970. La importancia de este logro no puede ser subestimada. Este fue uno de los factores más importantes en la historia de Albania en términos de llevar a Albania al mundo moderno.
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Durante el período de la alianza con China, Albania adoptó el principio de basarse en sus propias fuerzas y logró un crecimiento sostenido. Una indicación de la elevada tasa de crecimiento, así como del método eficaz de poner el crecimiento de Albania en una especie de perspectiva, puede verse mejor mediante la comparación de las tasas de crecimiento de Albania con las de otros países. El periodo de referencia es 1965-1975, durante el cual las tasas de crecimiento de la producción industrial en Albania:

“…fueron superiores a las tasas de la República Democrática Alemana en 68.7 por ciento; en comparación con las de Checoslovaquia, fueron 61.2 por ciento más altas; con las de Hungría, 74.2 por ciento; con las de Yugoslavia, 54.3 por ciento; con las de Grecia, 16.2 por ciento; con las de la Unión Soviética, 36.7 por ciento; con las de la República Federal de Alemania, aproximadamente 2.2 veces; con las de Italia, aproximadamente 1.6 veces; con las de Francia, aproximadamente 1.2 times.”

Un resumen de los distintos planes quinquenales implementados en Albania es el siguiente: 
 
“Durante el largo periodo de casi 30 años que cubre los seis planes quinquenales (1951-1979), la economía socialista de Albania se ha desarrollado a tasas elevadas. Las tasas de crecimiento anual promedio de la economía del país durante este periodo fueron las siguientes: el producto social total, 8.7 por ciento; el ingreso nacional, 7.4 por ciento; la producción industrial total, 12.4 por ciento; la producción agrícola total, 5 por ciento; las inversiones estatales, 9.2 por ciento. A partir de 1950, el producto social total aumentó en 3.2 veces, la renta nacional en 2.7 veces, la producción industrial total en 4.6 veces y la producción agrícola total en aproximadamente 2 veces más rápido que el crecimiento de la población.”...
 
Parece oportuno en este punto de la discusión de la economía de Albania durante los años de Enver Hoxha en el poder, extraer algunas conclusiones sobre el éxito o el fracaso del plan de Albania para lograr el desarrollo económico. El punto de partida más básico para juzgar objetivamente si se ha producido el desarrollo económico es definir el desarrollo económico y luego proceder a ver si Albania cumplió con éxito o sin éxito con los criterios que figuran en la definición. 
 
El libro de Adi Schnytzer, “Stalinist Economic Strategy in Practice: The Case of Albania” establece un interesante y bien pensado marco de referencia por el cual comenzar a interpretar y valorar la historia del desarrollo económico de Albania. La tesis del libro de Schnytzer es que José Stalin hizo su última declaración importante sobre el desarrollo económico en “Problemas Económicos del Socialismo en la URSS”, y que este libro era plan de Stalin para el desarrollo de las economías socialistas en todo el mundo. Este plan ponía énfasis en el crecimiento de la industria pesada a toda costa y trataba a todos los demás sectores de la economía como residuales.
 
El aspecto más singular de la metodología de la planificación económica de Albania ha sido sin duda la Constitución de 1976, que prohíbe toda ayuda, préstamos o créditos extranjeros de cualquier tipo. Esta situación mantuvo a Albania relativamente libre de deuda externa. El economista de la Universidad de Oxford Michael Kaser testificó ante el Comité Económico Conjunto del Congreso [de los Estados Unidos] en 1977, sobre la constitución albanesa. Su importancia incluye el hecho de que: 

“nunca antes ningún gobierno en el mundo ha pedido a su poder legislativo que excluya constitucionalmente la posibilidad de obtener préstamo externos. Sin embargo, Albania, después de una década de fomentar la autosuficiencia, ha convertido la exhortación y la política en su ley fundamental.”

 
Enver Hoxha detalló la nueva estrategia de desarrollo de Albania en el VII Congreso del Partido del Trabajo de Albania, el 1 de noviembre de 1976. El plan de Albania era:

“Avanzar a un ritmo rápido con la construcción socialista del país para la transformación de Albania socialista en un país industrial-agrario, con industria y agricultura avanzadas, de acuerdo con el principio de basarse en las propias fuerzas, para el fortalecimiento completo de la independencia económica del país, para mejorar aún más las relaciones socialistas de producción y la superestructura, para fortalecer la dictadura del proletariado y mejorar el potencial de defensa de la patria, para elevar mucho más el nivel material y cultural de las masas trabajadoras reduciendo aún más las diferencias entre la ciudad y el campo. Esto se logrará sobre la base de una consecuente lucha de clases y de la movilización de todas las fuerzas y energías del pueblo bajo la dirección del Partido.”

 
Albania ha seguido diversificando sus relaciones comerciales con otros países después de la ruptura con China. Esta diversificación del comercio fue acompañada de una expansión de las relaciones con otros países, “independientemente de las diferencias en el orden social”. Sin embargo, se dio prioridad a la cooperación bilateral con los países vecinos.
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Hacia fines de 1980, Albania había logrado diversificar su comercio lo suficiente como para contrarrestar los efectos sobre la economía albanesa de la retirada del comercio chino. En ese momento, Yugoslavia representaba el diecinueve por ciento; el Occidente industrializado, el cuarenta por ciento; y el COMECON, el cuarenta y uno por ciento, del comercio exterior de Albania.
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No hay duda de que la economía albanesa tuvo su cuota de problemas, sobre todo en los últimos años del liderazgo de Enver Hoxha. La economía necesitaba desesperadamente una infusión de tecnología occidental moderna. La tecnología albanesa era obsoleta cuando fue recibida de los chinos y los soviéticos, y ciertamente no podía competir con los métodos más modernos del mundo en 1985. Este inconveniente se hace aún más grave cuando se combina con el problema de la alta tasa de crecimiento de la población. El crecimiento demográfico de Albania en 1985 era de tres a cuatro veces mayor que cualquier otro lugar de Europa. La edad media de la población era de veintiséis años, con un tercio de la población menor de quince años. Antes de la caída del gobierno comunista, cuando la emigración estaba estrictamente limitada, se proyectaba que la población albanesa aumentaría de tres millones en 1985 a cuatro millones en el año 2000, un incremento del treinta y tres por ciento. Esta situación, cuando se suma al factor de la tecnología anticuada, significa que si el status quo que existió en vida de Enver Hoxha se hubiera perpetuado y el cambio no hubiera sido fundamental y rápido, indudablemente la economía hubiera retrocedido, y gran parte del progreso se hubiera perdido. 

A pesar de las evidentes deficiencias de la economía albanesa, es innegable que bajo Enver Hoxha se produjo el desarrollo económico de Albania. Si bien es cierto que las tendencias que la economía exhibió hacia el final de la vida de Hoxha sugieren un estancamiento y que hubieran dado lugar a la regresión indiscutible de la economía si no se modificaba, sin embargo, la economía albanesa debe ser considerada un éxito dentro de los parámetros de Albania. Si se tiene en cuenta que antes de la guerra Albania no tenía prácticamente ninguna industria, los pasos adelante que se dieron son muy impresionantes, sobre todo tomando en cuenta las limitaciones ideológicas y jurídicas (constitucionales) que limitaban el desarrollo de Albania. De hecho, debido a las circunstancias en que Albania se encontraba después de la Segunda Guerra Mundial, la decisión del Partido del Trabajo de Albania de implementar una economía centralizada tuvo mucho sentido. Una economía centralmente planificada cuando se instala en una situación de desarrollo previo limitado, como en Albania, es probablemente el mejor método para aislar la economía de las influencias externas no deseadas y manejar la asignación de recursos nacionales de alta prioridad para alcanzar un fin deseado.
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La posición en que se encontraba Albania en 1985 era precisamente la que Enver  Hoxha quería que tuviera. El Partido del Trabajo y Hoxha habían dirigido el país a través de las alianzas con Yugoslavia, la Unión Soviética y China, respectivamente, como un proceso natural de evolución hacia su objetivo final de no tener alianzas primordiales, manteniendo la soberanía y la independencia, y siendo autosuficientes. Albania explotó cada una de sus alianzas para sacar el máximo provecho materialmente posible sin comprometer sus principios ideológicos. Sin embargo, cada vez que un socio de la alianza puso demasiada presión sobre Albania, políticamente (para hacer los cambios) o económicamente (para pagar deudas o para enfatizar un área específica de la economía, como la agricultura o de la industria ligera, a expensas de la industria pesada), entonces Albania decidía que era mejor seguir adelante y salir de una relación que obstaculizaba su capacidad de tomar decisiones. 
 
Este estudio no quiere dar la falsa impresión de que Enver Hoxha era omnisciente y que de alguna manera “sabía” que el curso de los sistemas de alianza y la propia economía conducirían a tomar su camino hacia la autarquía. Naturalmente, los cambios en las alianzas se hicieron debido al clima político imperante y debido a simples consideraciones pragmáticas de permanecer firmemente atrincherados en el poder. Sin embargo, Hoxha sabía que algún día quería que Albania estuviera en el punto en que se encontraba en el momento de su muerte. Se lograron los tres objetivos principales que Enver Hoxha persiguió durante toda su vida: permanecer en el poder, alcanzar la tasa de crecimiento más rápida posible sin sacrificar la integridad ideológica, sobre todo en la industria, y mantener la influencia directa más fuerte posible en la economía. Por lo tanto, aunque un ciudadano de Occidente no estaría satisfecho con la economía albanesa en comparación con su propia economía, todos los observadores objetivos deben estar de acuerdo en que Enver Hoxha y el Partido del Trabajo de Albania tuvieron bastante éxito en sentido general, en el curso del contexto histórico albanés, en lograr lo que se propusieron llevar a cabo después de asumir el poder en 1944. Sin embargo, pudieron haber alcanzado aún más logros espectaculares con menos rigidez.
 
Los factores de menor rigidez, en términos de planificación central, de consideraciones ideológicas debidas al principio de basarse en las propias fuerzas y, lo más importante, del aislamiento, fueron las mayores deficiencias del plan de desarrollo de la economía albanesa inspirado por Enver Hoxha. Si se hubiera adherido a una política más pragmática que le permitiera una afluencia de tecnología moderna, no hay duda de que la economía albanesa podría haber logrado resultados aún más impresionantes dado que la base económica se había establecido claramente.
 
En el lado positivo, un análisis objetivo debe concluir que el plan de Enver Hoxha para movilizar todos los recursos de Albania bajo la reglamentación de un plan central fue eficaz y bastante exitoso. Siempre hay que tener en cuenta que Albania era una sociedad tribal, no necesariamente primitiva, pero sin duda menos desarrollada que la mayoría. No tenía ninguna tradición industrial ni clase obrera y tampoco alguna experiencia con técnicas modernas de producción. Por lo tanto, los resultados obtenidos, especialmente en las fases de planificación inicial y construcción de la base económica fueron impresionantes y positivos.
 
La priorización de la industria pesada que permitió a Albania tomar ventaja de la gran cantidad de recursos naturales que poseía fue sumamente lógica. Estos recursos permitieron la fusión de la ideología con el pragmatismo. De hecho, si estos recursos no hubieran existido, un plan que persiguiera la industrialización pesada hubiera sido ridículo. 
 




En el lado negativo, el enfoque dogmático de Hoxha, que excluía cualquier concesión a las preocupaciones pragmáticas, tales como la necesidad de una infusión de tecnología moderna, etc., mantuvieron apartada a Albania del progreso que posiblemente pudo tener. Una vez que estableció la base económica –los economistas albaneses afirman que esto ocurrió en 1960, pero sin lugar a dudas ciertamente ya había ocurrido en 1970–, era más sensato alejarse del curso rígido y abrir la puerta a la tecnología moderna para incorporarla en la industria de Albania. La razón de esta “no decisión” contra cualquier afluencia de métodos modernos se debió, por supuesto, a las preocupaciones personales de Enver Hoxha por mantener su propio poder y el poder del Partido del Trabajo de Albania. Aunque las razones de los métodos de Hoxha en la aplicación rígida de la ideología pueden ser explicadas, no obstante, fue un grave error. 
 
Por lo tanto, a pesar de las restricciones autoimpuestas a la economía albanesa, teniendo en cuenta el punto de partida patético del que comenzó, debe considerarse que la economía albanesa era un éxito en el momento de la muerte de Hoxha. Es cierto, que las tasas de crecimiento de la producción industrial fueron continuamente bajando. Sin embargo, el crecimiento siguió produciéndose. Hay que añadir, sin embargo, que esta situación no podía haber permanecido sin cambios durante mucho más tiempo (después de 1985), sin que su inevitable colapso tuviera lugar.
 
Fuente: James O’Donnell, A Coming of Age: Albania Under Enver Hoxha, Columbia University Press, New York, 1999. Chapter 10. Albanian Economy.
Traducido para “Crítica Marxista-Leninista” por Ykv.Pk y Thiago R.
 
 
Descargar “La Economía Albanesa. Capítulo 10 de  “A Coming Age. Albania Under Enver Hoxha (1999) de James S. O'Donnell.
 
Descargar el libro “A Coming Age. Albania Under Enver Hoxha (1999) de James S. O'Donnell. [En inglés]