miércoles, 28 de agosto de 2013

La R.P.S. de Albania - Estado de Dictadura del Proletariado


por ZIJA XHOLI
Profesor, Decano de la facultad de Ciencias Político-Jurídicas
de la Universidad de Tirana
(1984)
 

EL 29 DE NOVIEMBRE DEL AÑO EN CURSO SE CUMPLEN 40 AÑOS DEL DÍA DE LA LIBERACIÓN DE LA PATRIA DE LOS OCUPANTES NAZI FASCISTAS Y DE LA INSTAURACIÓN DEL PODER POPULAR, LA MAS ESPLENDIDA VICTORIA OBTENIDA POR NUESTRO PUEBLO EN SU HISTORIA SECULAR. A LO LARGO DE ESTOS 40 AÑOS NUESTRO PAÍS HA AVANZADO RESUELTAMENTE POR EL CAMINO DE LA CONSTRUCCIÓN DEL SOCIALISMO. AQUELLA INDUSTRIA ESCASÍSIMA, Y CASI INEXISTENTE HA SIDO SUSTITUIDA POR UNA INDUSTRIA COMPLEJA, DE EXTRACCIÓN Y DE TRANSFORMACIÓN, PESADA Y LIGERA; AQUELLA AGRICULTURA ATRASADA, APOYADA EN LA PEQUEÑA PROPIEDAD PRIVADA, SE HA TRANSFORMADO EN UNA AGRICULTURA AVANZADA Y DESARROLLADA DE MANERA MULTIFACÉTICA, APOYADA EN LA GRAN PROPIEDAD SOCIALISTA; LA IGNORANCIA EN QUE ESTABA SUMIDA LA MAYORÍA DE LA POBLACIÓN, DEJO SU LUGAR A LA INSTRUCCIÓN, A LA CULTURA, A LA CIENCIA, HOY DOMINIO DE LA JUVENTUD Y DE LAS AMPLIAS MASAS TRABAJADORAS Y UN PODEROSO FACTOR DE PROGRESO Y DESARROLLO.
 


El pueblo trabajador, liberado de una vez y para siempre de la opresión y la explotación, es dueño de su presente y de su porvenir. Nuestra República Popular Socialista ha conocido este incontenible desarrollo merced a sus sólidos cimientos, a la sangre derramada por miles de mártires y a los sacrificios de todo un pueblo. Está dirigida por un Partido fiel hasta el fin a los intereses del pueblo, guiado por la victoriosa ciencia del marxismo-leninismo, apoyado en un poder y una nueva organización estatal, la dictadura del proletariado. 

Entre los factores que conforman el vigor y la fuerza invencible de nuestra República ocupa un lugar de primordial importancia la dictadura del proletariado. La existencia y el constante fortalecimiento de la dictadura del proletariado son vitales para el presente y el futuro de nuestro régimen económico y social, por eso en la ley fundamental, en la Constitución de la República Popular Socialista de Albania se afirma en primer término de modo claro y tajante que «La República Popular Socialista de Albania es un Estado de dictadura del proletariado que expresa y defiende los intereses de todos los trabajadores». 

El Partido y su dirigente, el camarada Enver Hoxha, desde el día en que lanzaron el histórico llamamiento a la lucha por la libertad y la encabezaron, enseñaron al pueblo que la libertad sólo podría ser conquistada y garantizada, que los sueños de progreso y justicia social, sólo podrían ser logrados si se acababa con los ocupantes fascistas y con las clases reaccionarias y su poder, edificando sobre sus escombros el nuevo poder verdaderamente democrático y popular. En el programa del Partido y en su actividad revolucionaria práctica la liquidación del ocupante fascista y de las clases reaccionarias y la creación e instauración de un nuevo poder democrático y popular, no eran dos tareas separadas sino condicionas la una a la otra y estrechamente entrelazadas. La historia de la Lucha de Liberación Nacional de nuestro pueblo atestigua claramente que a medida que crecía y se desarrollaba la lucha de liberación, crecía y se consolidaba el nuevo poder, producto de esta lucha y al mismo tiempo apoyo de la misma. Desde el primer momento de la conquista de la histórica victoria de la liberación de Albania, ya estaban en pie y funcionando los principales órganos, en el centro y en la base, del nuevo poder, que pronto se transformaría en una verdadera dictadura del proletariado. 

El Partido del Trabajo de Albania, como partido revolucionario marxista leninista, no podía considerar cumplida su obra sólo con la liberación del país. Miraba mucho más lejos: hacia el socialismo y el comunismo. Apenas creadas las condiciones, el Partido impartió inmediatamente la orientación de la transformación socialista de la sociedad. Condición decisiva para el éxito de esta orientación era el hecho de que a la cabeza del Estado se hallaba el proletariado y que en el país se había instaurado y funcionaba su propia dictadura. La dictadura del proletariado se convirtió en una potente arma, bajo la dirección del Partido, para sentar la industria, la agricultura y toda la economía sobre nuevas bases socialistas, para neutralizar las vacilaciones de las capas de la pequeña burguesía de la ciudad y del campo y encauzarlas por el camino del socialismo, para acabar con la resistencia y las tentativas hostiles de las clases reaccionarias derrocadas, fuertemente apoyadas por la reacción externa imperialista-revisionista. En el curso de la realización de todas estas grandes, difíciles y complejas tareas, creció y se fortaleció la dictadura del proletariado, se convirtió en un arma, querida por las masas y temida por los enemigos. 

Al instaurar y organizar la dictadura del proletariado en nuestro país, el Partido tenía en cuenta las experiencias históricas de la Comuna de París y la de la Revolución Socialista de Octubre, dirigida por Lenin y Stalin. Se inspiraba y se guiaba por una teoría, la ciencia marxista-leninista, por las enseñanzas de Marx, Engels, Lenin y Stalin.

Respetando y valorando la experiencia revolucionaria mundial, fiel a las enseñanzas del marxismo-leninismo, nuestro Partido no las copió letra por letra, sino que la aplicó de forma creadora, conforme a las condiciones históricas concretas de nuestro país y teniendo presente la experiencia negativa de la degeneración revisionista de la Unión Soviética y de los demás países de ex democracia popular. Nuestro Partido y el camarada Enver Hoxha en el transcurso de estos 40 años, de un congreso a otro, de una obra a otra, han defendido, han enriquecido y desarrollado la teoría y la práctica de la dictadura del proletariado. Las enseñanzas y las generalizaciones de nuestro Partido y del camarada Enver Hoxha son tan numerosas y tan importantes que constituyen una valiosa contribución a la doctrina marxista-leninista sobre la dictadura del proletariado. 

El Partido y el camarada Enver Hoxha han defendido y desarrollado aún más el concepto marxista-leninista sobre la organización y el funcionamiento de la dictadura del proletariado como todo un sistema complejo, donde el Partido juega y debe jugar el papel dirigente. Respecto a esta cuestión recalcan que, «en primer lugar, la fuerza y el éxito de todo el sistema de dictadura del proletariado, de todos los órganos del poder y de las organizaciones de masas, radican en la dirección única e inseparable del Partido marxista-leninista», que «si se permite que se debilite o se deja a un lado este papel, la revolución y el socialismo corren grandes riesgos y les esperan graves derrotas»; en segundo lugar, que «el papel dirigente del Partido en el sistema de dictadura del proletariado no es una tarea momentánea, sino una tarea permanente durante todo el período de la completa construcción de la sociedad socialista, hasta el comunismo», que «Cuanto más avanza y se profundiza la revolución, tanto más ha de ser reforzado y perfeccionado el papel dirigente del Partido en cada esfera de la vida y de la actividad estatal y social.» (Informe ante el VII Congreso del PTA, ed. en español, Pág. 23). Las tareas relacionadas con el ulterior fortalecimiento de la dictadura del proletariado pasan por la comprensión y la aplicación completa y exacta de estas enseñanzas y principios tal como recomendó el VIII Congreso del PTA, pasan porque los órganos y las organizaciones del Partido aseguren una dirección concreta y cualificada en los órganos del poder y en las organizaciones de masas, eleven su atención y su labor en ellos y al mismo tiempo trabajen y luchen para que crezca el papel y la responsabilidad de los órganos del poder y de las organizaciones de masas, para que se desarrolle la iniciativa, para reforzarlos política y organizativamente y capacitarlos a fin de que realicen lo mejor posible sus deberes. 

La burguesía y sus ideólogos especulan enormemente sobre el papel dirigente del Partido en nuestra sociedad, presentándolo como «violación de la democracia». El hecho de que en los países capitalistas actúen distintos partidos es para ellos una muestra de «verdadera democracia». Esta tesis burguesa la hacen suya los revisionistas modernos, que han integrado en sus programas y en la propaganda cotidiana el pluralismo político. Lo falso de esta pretensión ya fue demostrado científicamente por Lenin en su tiempo. Lo prueban además tanto la experiencia del país socialista como la de los países capitalistas. El hecho de que en los países capitalistas existan numerosos partidos ni ha cambiado ni podía cambiar en absoluto la naturaleza del régimen burgués, ni ha traído ni podía traer la verdadera democracia, la democracia para el pueblo. El régimen capitalista es un régimen antidemocrático acorde con la defensa y la salvaguardia de los privilegios de una minoría explotadora en detrimento de las amplias masas trabajadoras. El papel dirigente del Partido en nuestro país socialista garantiza la ampliación y la consolidación de la verdadera democracia, la democracia popular socialista. 

La democracia socialista en nuestro país se manifiesta en múltiples terrenos y en primer lugar en el hecho de que la clase obrera y las masas trabajadoras son las dueñas del país, participan directamente en todos los asuntos del Estado, en el gobierno del país. Sólo pueden gozar realmente de este gran derecho democrático bajo la dirección del Partido, que profundiza y amplía la participación de las masas en la gestión del país, materializándola en la práctica. 

La invencible fuerza de nuestro régimen socialista, la garantía de la democracia socialista radican en la dirección del Partido, en la aplicación de su línea y su política. 

La dictadura del proletariado al ser por su propia esencia la dirección del Estado y del conjunto de la sociedad por la clase obrera presupone no sólo el papel dirigente del Partido en tanto que destacamento más resuelto, más organizado y consciente de la clase obrera, sino además la participación directa de las masas y su responsabilidad frente a todos los fenómenos que se producen en el Estado y en la sociedad, lo que constituye el principal contenido de la democracia socialista y el principal rumbo de su desarrollo. A fin de ampliar y realizar prácticamente este contenido principal de la democracia socialista, el Partido ha llevado a cabo una vasta actividad creadora que ha dado grandes resultados. De año en año las amplias masas trabajadoras se han hecho conscientes de que son ellas mismas los dueños del país y al mismo tiempo se han educado y capacitado para ejercer prácticamente este gran derecho suyo. La participación de los trabajadores, con su pensamiento y acción, en los asuntos del Estado y del gobierno del país, sigue siendo, también en nuestros días, la principal tarea para la ampliación y el reforzamiento de la democracia socialista. Sigue siendo la principal tarea, además, en la lucha y en los esfuerzos desplegados para la materialización de los planes económicos.  

La construcción socialista de nuestro país prueba a diario que el entusiasmo, la disciplina, la cualificación masiva, el tener en cuenta las opiniones de las masas, el control de las masas, son capaces de hacer milagros. En la educación revolucionaria de las masas, en su participación en el gobierno del país, en la aplicación de las orientaciones y las enseñanzas del Partido relacionadas con estas cuestiones radica asimismo la fuerza de la dictadura del proletariado, la fuerza invencible de nuestro régimen socialista, la condición decisiva para aplicar en la práctica la democracia socialista. 

La dictadura del proletariado y la democracia socialista se ven amenazados desde dentro por dos peligrosos enemigos: el burocratismo y el liberalismo. Como ha demostrado la experiencia negativa de la Unión Soviética y de los países ex socialistas, el burocratismo y el liberalismo no sólo impiden la plasmación de la línea de masas en el ejercicio del poder y del gobierno del país, sino que además son en sí mismos semilla de degeneración y del peligro de restauración del capitalismo.  

Nuestro Partido siempre ha tenido presentes los peligros del burocratismo y del liberalismo y ha adoptado una serie de medidas ideológicas, políticas y económicas para combatirlos y salirles al paso. Nuestro Partido ha dedicado y dedica una gran importancia, al respecto, al establecimiento de relaciones lo más justas posible entre los cuadros y las masas, entre los funcionarios y los trabajadores, relaciones en las que el lugar central, de dirección lo tienen las masas, la clase obrera y los trabajadores, mientras los cuadros, los funcionarios del Estado están a su servicio, deben trabajar y actuar siempre en interés suyo. En unos momentos en que en el mundo capitalista-revisionista predomina el concepto y la práctica de que los funcionarios y los que están en el poder hacen la ley y son todopoderosos, en el país socialista predomina el concepto contrario, según el cual, son las masas las que hacen la ley, ellas son los omnipotentes y deben poner bajo su control directo y cotidiano a los cuadros y funcionarios del Estado. La clase obrera y las masas trabajadoras ejercen su control sobre los cuadros y los funcionarios por diversos medios. Ejercen su control por medio de la elección de los diputados a la Asamblea Popular y de los órganos locales de poder. El papel decisivo de las masas no termina con la elección de los diputados, sino que prosigue después. Durante todo el período del ejercicio de sus funciones los diputados están bajo el control de las masas, que tienen el derecho a revocar a aquellos representantes que no justifiquen la confianza depositada en ellos. No sólo los diputados, sino todos los cuadros y funcionarios de cualquier rango están en nuestro país bajo el control diario de las masas. 

Una de las formas del control directo y permanente de las masas sobre los cuadros y los funcionarios del estado, expresión de la democracia socialista en acción, es el ilimitado derecho que tienen los trabajadores de dirigir a los órganos máximos del Partido y del Estado quejas y observaciones sobre cualquiera que piensen y constaten que ha violado sus derechos y no actúa conforme a las leyes y a las normas que rigen nuestra sociedad socialista. 

Además, para realizar en la práctica la participación de las masas en la gestión del país, para revolucionar aún más a los cuadros, para establecer relaciones los más correctas posible entre las masas y los cuadros, el Partido ha descubierto y ha puesto en práctica una serie de iniciativas y de formas como el control de las masas desde abajo y en primer lugar, el control obrero-campesino, la rendición de cuentas de los cuadros ante las masas, la participación de los cuadros durante un período determinado en el trabajo productivo junto a los obreros y campesinos, la reducción de las diferencias entre los sueldos, reduciendo los sueldos altos y elevando los bajos, etc. 


Tal como han señalado los clásicos del marxismo-leninismo y como ha probado y prueba cada día la experiencia de nuestro país, la construcción socialista no es un proceso espontáneo y tranquilo. Al contrario, se realiza por medio de una dura lucha de clases que tiene que ver tanto con la educación comunista de las amplias masas trabajadoras, como con aplastar la resistencia de los enemigos de clase, viejos y nuevos y con el hacer frente al peligro exterior que proviene de los fines agresivos del imperialismo y del socialimperialismo. «Hemos logrado vencer diversas presiones hostiles y superar las numerosas dificultades con las que hemos chocado en nuestro camino –nos enseña el camarada Enver Hoxha– porque hemos desarrollado de manera ininterrumpida, consecuente y ateniéndose a los principios, la lucha de clases en todos los terrenos, contra la actividad hostil y contra las manifestaciones extrañas a nuestra ideología, tanto en la vida social, en las filas del Partido, como en la conciencia de cada cual». (Enver Hoxha. «Informes y Discursos 1974-1975» ed. en albanés, Págs. 33-34). El arma poderosa que asegura el éxito en esta dura lucha de clases y que conduce adelante la revolución socialista hasta la completa y definitiva victoria, el comunismo, ha sido y sigue siendo la dictadura del proletariado.  

Nuestro Partido jamás ha olvidado en ningún momento este importante aspecto de la dictadura del proletariado. Ha sabido descubrir correctamente los diversos aspectos y frentes de la lucha de clases, comprender debidamente los tipos de contradicciones que actúan en nuestra sociedad y conforme a ello encontrar las vías y utilizar los medios más adecuados para darles solución. De este modo las manifestaciones extrañas en la sociedad, en la conciencia de determinados individuos o en las filas del Partido, a pesar de hallarse en antagonismo con la concepción del mundo marxista-leninista y con la moral comunista, son contradicciones no antagónicas, porque se manifiestan en las filas de los trabajadores, entre gentes que ideológica, política y económicamente están ligadas a los intereses de la patria y del socialismo. Esto condiciona la correspondiente vía para su solución que es la de la crítica y la autocrítica, la de la educación y la reeducación revolucionarias. 

A la par de las manifestaciones extrañas, en la sociedad socialista se producen acciones hostiles, cuyo objetivo es el debilitamiento del socialismo y el socavamiento de éste, efectuadas por los enemigos de clase o por determinados elementos degenerados. Aquí nos hallamos ante contradicciones antagónicas, ante acciones contrarias e irreconciliables con los elevados intereses de la Patria y del socialismo. Esto condiciona la adecuada vía para su solución, que es la de la vigilancia y la violencia revolucionarias, la de las medidas represivas y de la aniquilación de todas las tentativas de tales enemigos. La dictadura del proletariado ha sido y continúa siendo un arma insustituible y un poderoso medio de la clase obrera y de las masas trabajadoras en esta encarnizada lucha de clases. Por eso también en nuestros días, cuando prosigue la lucha de clases como una de las principales fuerzas motrices de nuestra sociedad, cuando no han cesado los intentos hostiles de los enemigos de clase y de los elementos degenerados, cuando existe el riesgo de degeneración revisionista y de agresión imperialista-revisionista, es preciso mantener en alto la vigilancia revolucionaria del pueblo e incrementar la capacidad defensiva y la disposición de todos los órganos y organismos relacionados con la lucha contra los enemigos, los malhechores y los saboteadores, así como con la defensa de la patria socialista, en una palabra, es preciso consolidar ininterrumpidamente la dictadura del proletariado. No fue casual que Marx hiciera hincapié en que la dictadura de clase del proletariado es una fase indispensable para pasar a la eliminación de las diferencias de clase en general, que se prolongará hasta el comunismo. 

La dictadura del proletariado es el instrumento básico en manos de la clase obrera para la construcción de la nueva vida socialista. Por eso los marxista-leninistas y los auténticos revolucionarios defienden la teoría y la práctica de la dictadura del proletariado, mientras los oportunistas y los renegados del socialismo la niegan y la tergiversan. Nuestro Partido y el camarada Enver Hoxha en su lucha por la construcción con éxito del socialismo en Albania y en defensa del marxismo-leninismo han golpeado y han desenmascarado de manera multilateral a los diversos revisionistas modernos que niegan y tergiversan la teoría y la práctica marxista-leninista de la dictadura del proletariado en su conjunto o en sus aspectos particulares. En los congresos del Partido y en las numerosas obras del camarada Enver Hoxha se ha puesto al descubierto la esencia antimarxista y liquidadora de las teorizaciones de los revisionistas de toda laya que niegan el papel dirigente del Partido en el sistema de dictadura del proletariado, que abren una brecha entre la dictadura y la democracia, considerando la dictadura del proletariado como supuesta negación de la democracia, que separan el concepto de dictadura del proletariado del concepto Estado y que pretenden que la dominación de la clase obrera no adquiera forma Estatal o que la dictadura del proletariado se sustituya por el «Estado de todo el pueblo».
 
Además de la Unión Soviética revisionista y de los países ex socialistas de Europa, hay en el mundo otros países que pretenden ser socialistas, hay gobiernos dirigidos por socialistas, pero no obstante, las masas trabajadoras de tales países no ven por ninguna parte el socialismo, la sociedad sin opresión ni explotación. La razón es que para llegar al socialismo no basta sólo con ponerle esa etiqueta, sino que se requieren importantes condiciones sociales: la revolución socialista, el poder de la clase obrera dirigida por su partido marxista-leninista revolucionario, la organización de un nuevo poder, la dictadura del proletariado, tal como han argumentado científicamente los clásicos del marxismo leninismo y como lo prueba actualmente la práctica y el florecimiento de estos 40 años de la República Popular Socialista de Albania.
 

Publicado en la revista “Albania Hoy”, nº 2 del año 1984. Páginas 14 a17. 

Escaneado y digitalizado para “Crítica Marxista-Leninista” por Dzerjinskii.
 
Descargar  “La R.P.S. de Albania - Estado de Dictadura del Proletariado” de Zija Xholi (1984)
 

domingo, 25 de agosto de 2013

La ocupación de Afganistán fue un acto basado exclusivamente en los intereses del socialimperialismo soviético


Los acólitos del revisionismo brezhnevista siempre defendieron los motivos que el socialimperialismo soviético tuvo para ocupar Afganistán, justificándolo con un supuesto “internacionalismo proletario” de los renegados revisionistas, y destacando la “necesidad” de ayuda que tenía el gobierno afgano de proteger el “régimen socialista” ante los enemigos internos y la injerencia del imperialismo norteamericano. “No fue invasión”, dicen los cachorros del revisionismo, “el gobierno socialista pidió la ayuda de la URSS”. Como si la historia no registrara ocupaciones imperialistas a pedido de sectores dentro del país, en base a mil pretextos.

Publicamos a continuación el resumen de una reunión del Buró Político (Presídium) del PCUS revisionista, en enero de 1980, que ilustra el enfoque, la práctica y el lenguaje que este partido tenía al tratar cuestiones internacionales. Al abordar la cuestión de Afganistán, los jerarcas del socialimperialismo no empiezan con las palabras: “el socialismo en Afganistán está en peligro, etc.…”, sino “por los intereses nacionales de la URSS…”; y hablan de “regiones que son de importancia estratégica para la Unión Soviética”, al igual que cualquier país imperialista que asume como su derecho tener intereses en cualquier parte del mundo, sin utilizar por lo menos el disfraz de los intereses de la revolución y el socialism. Tampoco es nuevo advertir la forma en que disponen a voluntad de sus satrapías ("utilizando los recursos de Cuba y la República Socialista de Vietnam...").
 
 


 
Proletarios de todos los países uníos

Devuélvase en el plazo de 3 días al CC del PCUS (Departamento General, 1er. Sector)
Partido Comunista de la Unión Soviética. COMITÉ CENTRAL

ULTRA SECRETO
[Sello]
NO SE AUTORIZA SU PUBLICACIÓN 
 
No. P181/34 
 
A los camaradas Brezhnev, Andropov, Gromyko, Suslov, Ustinov, Ponomarev, Rusakov,
 
Extracto del protocolo nº 181 de la sesión del Buró Político del CC del PCUS del 28 de enero de 1980 
 
Acerca de nuevas medidas para velar por los intereses nacionales de la URSS en relación con los acontecimientos en Afganistán 
 
De acuerdo en todo con las consideraciones que son presentadas en la nota adjunta de los camaradas Gromyko, A.A., Andropov, Iu.V., Ustinov, D.F., Ponomarev, B.N. 
 
El MRE URSS, el Ministerio de Defensa, la KGB URSS y el Departamento Internacional del CC del PCUS deben guiarse por estas consideraciones en la elaboración y aplicación de medidas prácticas en Afganistán. 
 
SECRETARIA DEL CC 
 
[Impreso verticalmente en el margen izquierdo]
Nota: Los camaradas que reciben documentos de sumo secreto del CC del PCUS no pueden transferirlos o darlos conocer a nadie que no tenga un permiso especial del CC. Está categóricamente prohibido hacer copias o tomar notas de tales documentos. El camarada a quien se dirige el documento debe poner su firma y la fecha, después de tomar conocimiento de su contenido.
 
Re: Punto 34 Protocolo nº 181 
 
Ultrasecreto
Archivo Especial 

Al CC del PCUS
 
Acerca de nuevas medidas para velar
por los intereses nacionales de la URSS
en relación con los acontecimientos
en Afganistán
 
El suministro de asistencia multifacética, incluida la militar, por parte de la URSS, y el ascenso al poder gubernamental de Babrak Karmal han creado las condiciones necesarias para la estabilización de la situación en la RDA y pone fin a ciertas tendencias en el desarrollo de la situación en el Oriente Medio que son peligrosas para nosotros. 
 
Además de esto, el desarrollo de los acontecimientos atestigua el hecho de que los EEUU, sus aliados y la República Popular China se han fijado el objetivo de utilizar al máximo los acontecimientos en Afganistán para intensificar la atmósfera de anti-sovietismo y justificar los actos de política exterior a largo plazo que son hostiles a la Unión Soviética y dirigidos a cambiar el equilibrio de poder en su favor. Brindando una mayor asistencia a la contrarrevolución afgana, Occidente y la República Popular China cuentan con que tendrán éxito en inspirar un conflicto prolongado en Afganistán, como consecuencia de lo cual, en su opinión, la Unión Soviética quedará atada en ese país, lo que incidirá negativamente en el prestigio internacional y la influencia de la URSS. 
 
En el futuro, también, la necesidad de velar por los amplios intereses de la política exterior y la seguridad de la URSS va a exigir la preservación del carácter ofensivo de las medidas que llevamos a cabo en relación con los acontecimientos afganos. En la elaboración y la realización de ellos, sugerimos que es conveniente guiarse por lo siguiente.
 
- En lo sucesivo, en las relaciones con los EEUU, mantener una línea firme en los asuntos internacionales, en oposición a las medidas provocadoras de la Administración Carter. A pesar de que Washington, en el futuro seguirá iniciando campañas antisoviéticas y se esforzará por dar un carácter coordinado a las acciones de sus aliados, hay entender que nuestras contramedidas se derivan de la inconveniencia de complicar todo el complejo de relaciones a varios niveles entre la Unión Soviética y los EEUU. 
 
- Intensificar nuestra influencia en las posiciones de los distintos aliados de EEUU en la OTAN, sobre todo en Francia y la RFA, en la máxima medida posible, utilizando a favor de nuestros intereses las diferencias que se han revelado entre ellos y los EEUU en cuanto a la elección de medidas en respuesta a las acciones de la Unión Soviética en Afganistán.
 
- Teniendo en cuenta que los acontecimientos en Afganistán están siendo utilizados por los EEUU y la República Popular China como pretexto oportuno para un mayor acercamiento con carácter antisoviético, planificar medidas de largo plazo para complicar las relaciones entre Washington y Beijing en el contexto del desarrollo de las relaciones en el marco de la llamada triple alianza de los EEUU, China y Japón.
 
- Considerar, con los dirigentes de los partidos comunistas y obreros de los países capitalistas y países en desarrollo, la cuestión del despliegue de una amplia campaña en apoyo de la revolución afgana y a la ayuda fraterna de la Unión Soviética a la RDA. Además, a través de medios no oficiales llevar a cabo medidas para atraer a esta campaña a otras organizaciones de masas, órganos de la prensa, etc. 
 
- En el Movimiento de Países No Alineados, utilizando los recursos de Cuba y la República Socialista de Vietnam, y también a los países que pertenecen al ala progresista del Movimiento de Países No Alineados, inspirar declaraciones de apoyo al gobierno afgano y evitar posibles intentos de Occidente y China para provocar que el Movimiento condene las acciones de la Unión Soviética, aísle a Afganistán y utilice el desarrollo de la situación para debilitar el ala progresista del movimiento de Países No Alineados.
 
- Concentrar los esfuerzos principales en oponerse a la actividad hostil de los EEUU y sus aliados en los países islámicos del Medio y Cercano Oriente, sobre todo en Pakistán e Irán, y también en ciertos países influyentes de Asia, como la India. Oponerse activamente a la política de Washington de formar un frente unido de Occidente y ciertos países musulmanes y de reorientar el fanatismo islámico en un curso antisoviético. 
 
- Partiendo del hecho de que los EEUU y China están tratando de usar más activamente a Pakistán y que las bases más importantes de las formaciones de bandidos afganos se encuentran en el territorio de ese país, ejercer constantemente una influencia moderadora sobre el régimen de Zia Al-Haq, incluso a través de canales especiales, y empujarlo a aceptar medidas para limitar las acciones de los rebeldes desde territorio paquistaní.
 
- Poner en vigor medidas dirigidas a la preservación de los elementos antiimperialistas, principalmente elementos antiestadounidenses, en la política exterior de Irán, en la medida en que la continuación de la crisis en las relaciones entre Irán y EEUU limite las posibilidades potenciales del régimen de Jomeini para inspirar levantamientos antigubernamentales con fundamentos musulmanes en Afganistán. 
 
- Teniendo en cuenta que las posibilidades de Occidente y China para lograr sus objetivos estratégicos en Afganistán están debilitados por la ausencia de una oposición política bien organizada e influyente al poder popular, prestar seria atención a la realización de medidas, incluidas las de naturaleza especial, para desmoralizar a las organizaciones de inmigrantes afganos y desacreditar a sus líderes. 
 
- En relación a la consideración de la Asamblea General de la ONU sobre la “cuestión afgana”, activar el trabajo de desenmascaramiento de las maquinaciones antisoviéticas y antiafganas de los EEUU, sus aliados y China, así como la neutralización de las consecuencias de esas acciones que son desfavorables para la URSS y la RDA.
 
- Durante la aplicación de la política exterior y las medidas propagandísticas, utilizar más ampliamente la tesis de que la asistencia militar de la Unión Soviética a Afganistán no puede verse al margen de los actos de provocación de Estados Unidos, que ya han sido llevados a cabo a lo largo de mucho tiempo, para lograr ventajas militares unilaterales en regiones que son de importancia estratégica para la Unión Soviética. 
 
En relación con la difícil situación interna política y económica de la RDA, junto con la intensificación de las posturas antisoviéticas que se observan en parte de la población afgana como resultado de la actividad criminal de H. Amin y su círculo, evidentemente se necesitará un cierto periodo de tiempo para la normalización de la situación en Afganistán. 
 
La consolidación del poder popular en el país durante los próximos años y la estabilización de la situación política y económica nacional en Afganistán, en gran medida dependerá del grado que en que se logre la verdadera unidad en las filas del Partido y la unificación de todas las fuerzas patrióticas y progresistas nacionales en el marco de un frente unido. 
 


 
Teniendo esto en cuenta, proporcionar ayuda y todo el apoyo al liderazgo del PDPA en la realización de los objetivos de la revolución de Abril y en el cumplimiento de nuestras recomendaciones sobre las cuestiones clave de la construcción del Partido y el Estado y el desarrollo de la economía, propuestas fundamentales que se pueden resumir de la siguiente manera: 
 
- Aplicación coherente en la vida del Partido y de la construcción del Partido de la línea de la unidad del partido que ha sido recomendado a los camaradas afganos en la Sala de Apelaciones de la CC del PCUS a la dirección de la PDPA. Identificación y aislamiento, tanto en el centro como en las regiones locales, de las personas que puedan oponerse a esa línea, para que no puedan ejercer una influencia desmoralizadora en el Partido.
 
- Utilización de la experiencia de una serie de países socialistas (Checoslovaquia, Bulgaria y otros) en la resolución de la cuestión de la creación de un amplio frente genuinamente representativo de organizaciones democráticas y de izquierda, encabezado por el PDPA. Fortalecimiento de la influencia del Partido sobre la juventud afgana, especialmente entre los estudiantes, la creación, con asistencia del Komsomol, de una serie de organizaciones deportivas, culturales y de otro tipo.
 
- Máxima consolidación y desarrollo de bases sociopolíticos progresistas de la RDA; aceleramiento en la elaboración y aceptación de una nueva Constitución; creación de oportunidades para que los representantes de las tribus y de las minorías nacionales participen de pleno derecho en la labor de los Dzhirgs y los ayuntamientos.
 
- Establecimiento de contactos y realización de negociaciones con los líderes y ancianos de la mayoría de tribus guerreras de la RDA, y búsqueda de formas para lograr el compromiso más rápido sobre las condiciones para el cese de la lucha contra el gobierno. Aplicación de una línea de ataque gradual de la posición de la reacción tribal; demostración de flexibilidad y enfoque diferenciado de las diversas tribus y estratos socioeconómicos.
 
- Elaboración de un plan a largo plazo de trabajo con los clérigos musulmanes, que prevé atraer a líderes moderados musulmanes a cooperar con las autoridades; aislamiento de los representantes de los círculos reaccionarios clericales; establecimiento de contactos con el clero chiíta; inadmisibilidad de cualquier forma (incluidos los económicos) de discriminación de los chiítas.
 
- Establecimiento de una vida económica normal en el país, y, en particular, la mejora de la base material para los trabajadores de la ciudad y el campo. Disposición de una cooperación equilibrada y mutuamente beneficiosa entre los sectores estatal y privado. Presentación de las posibilidades más amplias en materia de comercio interior y exterior, así como en la esfera de la producción para la burguesía media y sobre todo para la pequeña burguesía, manteniendo el control del Estado.
 
Además de esto, por nuestra parte:
 
- Colaborar con la dirección del PDPA para llevar a cabo su programa de política exterior y elaborar nuevas medidas para consolidar la posición de la política exterior de Afganistán.
 
- Proporcionar asistencia práctica total en la construcción militar, teniendo en cuenta la creación rápida de un ejército popular equipado, organizado y militarmente preparado.
Facilitar la consolidación de la posición del PDPA entre los oficiales de mando, así como la intensificación del adiestramiento del ejército en el espíritu de la devoción al poder popular de Afganistán. 
 
- Teniendo en mente las tareas complejas que los servicios especiales de Afganistán deben resolver, acelerar el cumplimiento del programa de asistencia, a través de todos los canales de trabajo, a los órganos de seguridad del Estado, de asuntos internos y las milicias populares, tanto en el centro como las regiones locales. 
 
Teniendo en cuenta que en la primavera de 1980 puede haber en Afganistán una activación adicional de la insurgencia, y también teniendo en cuenta las conocidas particularidades históricas y nacionales de los afganos, llevar a cabo consultas con el Ministerio de Defensa y el Gobierno de la RDA y concluir los acuerdos pertinentes que definan el estatus y la posición jurídica de los contingentes militares soviéticos durante todo el periodo de su presencia en Afganistán. 
 
Solicitamos su consideración. 
 
A. Gromyko
Iu. Andropov
D. Ustinov
B. Ponomarev
 
27 de enero de 1980
 
Nº 210-A
12 copias
 
TsKhSD
F. 89
OP. perech. 34
D. dokum. 3
L.L. 8 pp.
 
Copia nº 27.IV.1994 
 
Traducido para “Crítica Marxista-Leninista” por Facundo Borges

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jueves, 22 de agosto de 2013

El socialimperialismo soviético y el COMECOM: Explotación imperialista en Europa oriental


El concepto de “socialimperialismo” ha sido muy cuestionado por los revisionistas jruschovista-brezhnevistas y sus herederos, quienes difundieron la acusación de que los marxista-leninistas que lo emplearon para definir la nueva fase de la restauración capitalista en la URSS y el carácter de sus relaciones económicas internacionales y comerciales, fueron cómplices del imperialismo occidental en la tragedia que cayó sobre los pueblos del llamado “bloque soviético”. Inclusive hoy se puede ver, en algunos medios, esta misma idea, repetida a veces con honestidad, pero desde una nostalgia y simplicidad que no les permite saldar adecuadamente lo que implicó y causó el revisionismo en la segunda mitad del siglo XX.

La tesis marxista-leninista de la restauración del capitalismo en la URSS y en sus satélites en la década de 1960, y su posterior evolución hacia lo que denominamos “socialimperialismo”, no  es un proceso que haya sido expuesto y desarrollado de manera orgánica y profunda por quienes tuvieron el deber de hacerlo, el PCCh y el PTA. Sin embargo, las líneas generales para su desarrollo fueron correctamente establecidas, con amplitud, en múltiples artículos y ensayos que analizaban los orígenes, la naturaleza, la especificidad, etc. de la restauración del capitalismo en los países del bloque soviético y su captura de todos los aspectos de la vida social, económica, política y cultural en los antiguos países socialistas. Lo mismo se puede decir de la sustentación de la tesis del socialimperialismo soviético. Todavía hoy sigue pendiente la tarea de su estudio, análisis y fundamentación, profunda y amplia. Las bases para ello existen. Y la historia ha demostrado su validez. 

Cuando a inicios de la década se difundió la tesis del socialimperialismo soviético, ésta alertó y puso en guardia al movimiento comunista y a los pueblos del mundo sobre la actuación de un nuevo actor en la lucha por el reparto del mundo. Sin caer presa de la demagógica propaganda revisionista, comprendieron los duros tiempos que se avecinaban para el movimiento comunista internacional y la revolución proletaria mundial. De esta forma fueron preparadas para entender la verdadera naturaleza del “aliado natural”  de los pueblos y las nuevas condiciones de la lucha revolucionaria que ahora incluía entre sus blancos al socialimperialismo y a sus agentes en el movimiento obrero y popular. 

La tesis del socialimperialismo soviético tiene la virtud de ser la primera en definir una compleja situación, derivada de la traición restauradora en las propias filas del campo socialista y del movimiento comunista internacional. Su contenido, su explicación, sigue siendo esclarecedor y crucial para comprender, entre otras, algunas de las contradicciones que hicieron colapsar al régimen revisionista del bloque soviético; alimentadas también por las mismas relaciones entre la URSS revisionista y los países miembros del COMECON.  

Lejos de ser una causa de la debacle revisionista, como pretenden absurdamente algunos, el concepto de socialimperialismo es una herramienta para echar luz sobre los acontecimientos que determinaron el fin de la URSS revisionista y su campo “socialista”.  

A fin de contribuir al estudio de sus características, presentamos un breve artículo del sociólogo francés Pierre Colaunges, que –en sintonía con las análisis y denuncias realizadas por los comunistas chinos y albaneses a través de sus medios de expresión– nos brinda una panorámica de las relaciones económicas y comerciales entre la URSS y sus satélites, enmarcadas en su participación en el COMECON. Analizando documentos, estudios y datos de los propios economistas del revisionismo soviético y de los países de Europa Oriental, nos ilustra la forma y las causas del intercambio desigual en el comercio dentro del COMECON, y echa por tierra las teorías y conceptos inventados por los revisionistas, para justificar esta situación, en completa contradicción con las ideas del mismo Marx. Haciendo pasar por “socialistas” explicaciones originadas en la economía política clásica, buscaron justificar el saqueo mediante los desiguales términos de intercambio y la coacción político-militar.        

COMECON:
Explotación imperialista en Europa oriental
por Pierre Colaunges 
(1975)

El COMECON o CAME (Consejo de Ayuda Mutua Económica) fue creado en 1949 como alternativa al Plan Marshall que gozaba de las simpatías de algunos políticos de los países aliados a la URSS (en especial Polonia y Checoslovaquia). Sin embargo, hasta fines de la década del cincuenta sólo desempeñó la función de marco de los intercambios; fue entonces cuando los revisionistas, con Jruschov a la cabeza, se propusieron convertirlo en un instrumento al servicio de su política neocolonialista, hecho que tuvo como consecuencia la separación de Albania y China. Esta última nación, en verdad, sólo había participado del COMECON a título de observadora y se había resistido siempre a integrarse plenamente a la organización. Asimismo Corea y Vietnam permanecieron fuera de la organización. A la inversa, Yugoeslavia, cuando se producía la separación, se reintegró en la práctica al COMECON, aunque bajo condiciones particulares. La Mongolia Exterior ingresó en 1962 y Cuba en 1972. 

Hoy participan en el COMECON: la URSS, los países de Europa del Este (Bulgaria, Hungría, Polonia, RDA, Rumania, Checoslovaquia y Yugoeslavia), Cuba y la Mongolia Exterior. 

El análisis de este organismo y el de las relaciones económicas que existen entre la URSS y los países por ella dominados, es útil desde varios puntos de vista. Por una parte porque, en su vano intento de disfrazar su naturaleza imperialista bajo un discurso socialista, los revisionistas falsifican las verdades más elementales o formulan tesis en absoluto contrarias a las enseñanzas fundamentales del marxismo-leninismo. Su cinismo e hipocresía son extremadamente reveladores de la degeneración socialimperialista del que fue el primer Estado de dictadura del proletariado. 

Por otra parte, el conocimiento de la realidad de las relaciones entre la URSS y los demás países del COMECON es capital para la comprensión del mundo contemporáneo, pues la exacerbación de las contradicciones que los oponen conducirá inevitablemente a conflictos decisivos en las relaciones internacionales. 

Teorías económicas sobre el COMECON 

El concepto esencial, inventado para justificar la naturaleza de las relaciones económicas entre la URSS y los países de Europa Oriental, es el de la “división internacional socialista del trabajo”. Mediante este concepto, creado sobre el de la división internacional del trabajo en el mundo occidental, los economistas se remiten implícita e incluso explícitamente a las teorías burguesas de la especialización del trabajo (la teoría del beneficio absoluto de Adam Smith, la teoría de los costos comparativos de Ricardo, y la teoría de los valores internacionales de Stuart Mill). 

Ya en 1955 el Manual de Economía Política, de la Academia de Ciencias de la URSS, en su segunda edición, justificaba así la especialización del trabajo: “Cada país puede concentrar sus esfuerzos y recursos en el desarrollo de ramas de la producción para las que posee condiciones económicas más favorables, junto con los cuadros técnicos y la experiencia indispensable”.[1] 

Se descubre de inmediato el economismo de esta formulación y los peligros que entraña. Contrariamente a lo que afirma el Manual de Economía Política, no basta postular que los Estados son iguales en derechos para que una división del trabajo se diferencie radicalmente de la que rige en el sistema mundial capitalista. Esta afirmación de igualdad jurídica que hoy pregonan los revisionistas no sirvió de consuelo seguramente al pueblo checoslovaco en 1968. 

La teoría de la división internacional socialista del trabajo constituye siempre el fundamento teórico de la cooperación económica en el seno del COMECON y reaparece en sus principales documentos, en particular en sus “Principios de base”, aprobados en la XVI sesión de la organización, el 6 de junio de 1962. Por entonces Jruschov reclamaba la integración total y la planificación única, llegando a afirmar que sólo debían subsistir las diferencias lingüísticas, postulado que se opone abiertamente al análisis de Lenin según el cual, “las diferencias nacionales y de Estado entre pueblos y países subsistirán por muy largo tiempo, incluso después del establecimiento de la dictadura del proletariado a escala mundial”. [2] 

Esta división internacional socialista del trabajo constituye al mismo tiempo la base teórica del “Programa complejo de profundización y perfeccionamiento de la cooperación y del desarrollo de la integración económica socialista de los países miembros del CAME” [3] adoptado en 1971. 

La aplicación de este pseudo concepto suscita problemas serios. En primer lugar, no todos los revisionistas acuerdan sobre la manera de entenderlo. El economista de Alemania oriental Gerhard Huber pretende fundar esta división del trabajo pura y simplemente sobre el estado actual de las diferencias de productividad. El economista húngaro Tibor Kiss invalida tal tesis que favorece a la RDA pero no a Hungría —se comprenden claramente sus razones— y afirma que la división del trabajo debe tener como base las “diferencias naturales”. [4] 

Ya en 1848 Marx polemizaba con los que sostenían tesis parecidas: “Se nos dice, por ejemplo, que el libre cambio engendraría una división del trabajo sobre el plano internacional, que asignaría a cada país una producción en consonancia con sus ventajas naturales. Tal vez piensen ustedes, señores, que la producción de café y de azúcar es el destino natural reservado a las Indias occidentales. Pero he aquí que dos siglos antes, la naturaleza, que no se preocupa para nada del comercio, no había hecho brotar allí ni un cafeto ni una caña de azúcar. Y tal vez no pase ni medio siglo antes de que el café y el azúcar desaparezcan de aquellas tierras, pues las Indias orientales, con su producción más barata, se han encargado ya de combatir victoriosamente este pretendido destino de las Indias occidentales”. [5 

En efecto, las consecuencias de esta división del trabajo pueden ser de dos órdenes. A corto plazo la especialización puede implicar la explotación de un país mediante el intercambio desigual, ya que nada prueba que un intercambio sea medido en función de los precios mundiales, lo que critica, por ejemplo, Tarnovski. [6] Pero sobre todo, y aquí reside el peligro principal de esta teoría, a más largo plazo, esta especialización conduce infaliblemente a un desarrollo unilateral de la economía de cada país, que cae en una completa dependencia respecto del socialimperialismo.

El intercambio desigual 

“Una bicicleta soviética se cambia por cuatro caballos mongoles, y una ovejita de juguete por una oveja viva”. [7] Por medio de esta fórmula impactante los camaradas chinos resumen a la vez el balance cuantitativo y la estructura cualitativa de los intercambios entre la URSS y la Mongolia Exterior. 

Llamar a esto intercambio desigual es insuficiente: la desigualdad no es sino la consecuencia del estado de las relaciones de producción en los países considerados. Y la desigualdad ilumina significativamente la naturaleza de estas relaciones de producción. 

El problema de los precios 

Los intercambios descansan sobre la ilusión del cálculo de precios “racionales” que sirven como referencia. En principio son los precios mundiales los que proporcionan esta referencia. Pero de hecho, los precios se apartan con frecuencia de ella, siempre ventajosamente para la URSS. La primera objeción de peso, es si son los precios mundiales los que deben determinar los términos de intercambio entre países que pretenden presentarse como socialistas. Como lo señalan algunos economistas húngaros, los precios del mercado mundial están determinados por las grandes firmas transnacionales en condiciones de monopolio, o por relaciones de fuerza político-militares, en cuyo caso la fijación de precios pierde la “base racional” a la que se remitían en tanto “precios de producción” internacionales. 

Pese a ello, el “Programa complejo” reafirma la posibilidad de “liberar los precios mundiales de la influencia perniciosa de los factores coyunturales del mercado capitalista”, como si sólo se pudiera tomar en cuenta las fluctuaciones coyunturales de los precios. Pretextando el aumento mundial, la URSS acaba de duplicar el precio del petróleo que vende a los países del Este. Podríamos preguntar a qué corresponde esta brusca degradación de los términos del intercambio y la inflación considerable que resulta de ello. 

No intentaremos aquí trazar un cuadro detallado de las relaciones de cada país con la URSS. Muchos economistas occidentales lo intentaron en vano, ya que los balances de intercambio no se publican en el seno del COMECON, pues todo lo que concierne al comercio exterior es considerado como secreto de Estado. La publicación alemana Neue Zürcher Zeitung, en 1968, estimaba que Checoslovaquia pagaba las mercancías que importaba de la URSS un 113% más y vendía sus productos un 35% menos que los precios de los mercados occidentales. [8]

Por su necesidad de conseguir divisas a fin de adquirir bienes de producción para la renovación de su aparato productivo obsoleto (en particular a causa de la militarización de su economía), la URSS vende algunos productos a precios mucho más bajos al mundo capitalista de lo que lo hace a los "países hermanos", hecho por lo menos paradójico. 

La estructura cualitativa de los intercambios

Los revisionistas soviéticos exponen desde hace tiempo el argumento de que la “división socialista internacional del trabajo” escapa radicalmente de los moldes capitalistas ya que la URSS proporciona esencialmente materias primas y recursos energéticos a sus aliados, e importa productos manufacturados. Algunos economistas soviéticos absolutamente desvergonzados llegaron incluso a afirmar la explotación de la URSS por los países de Europa Oriental. Tal presentación demagógica de los hechos es por lo menos falaz. Por un lado, a causa de los precios que rigen en los intercambios. En segundo lugar, porque ciertos países del COMECON proporcionan a la URSS la casi totalidad de sus recursos o materias primas, en detrimento a menudo de sus necesidades inmediatas, y en todos los casos, del desarrollo de su economía. Se produce así un racionamiento de la carne en Mongolia, región ganadera tradicionalmente rica, para exportar grandes cantidades de este producto a la URSS. Mongolia debió importar conservas. También Bulgaria, famosa desde la antigüedad por sus legumbres y verduras, se vio obligada a importarlas. [9] 

Por otro lado, algunos países como Rumania en el caso del petróleo, o Polonia, por el carbón, debieron resistirse a la función de proveedores de materias primas que se les había asignado en el marco de la “división internacional socialista del trabajo”. [10] Hungría, que posee el segundo yacimiento de bauxita de Europa, exporta a la URSS la casi totalidad de su producción de aluminita (en 1970, 415,000 sobre 441,000 toneladas) y por ello se ve impedida de desarrollar su propia industria del aluminio. [11] La fluorita de Mongolia es íntegramente exportada a la URSS (96,300 toneladas en 1970). Checoslovaquia debe entregar a la URSS el 90% de su producción de uranio, que es de singular importancia si se piensa que en 1967 alcanzaba las 10,000 toneladas de óxido de uranio, cifra comparable a la de Estados Unidos en 1964 (11,847 toneladas). [12] Polonia entrega a la URSS zinc, barita, plomo y hulla. 

Estos pocos ejemplos demuestran que la imagen que los soviéticos pretenden forjar de su intervención en el COMECON está muy alejada de la realidad. Es necesario señalar además que las materias energéticas exportadas por la URSS son productos de alta composición orgánica del capital (esto es, que necesitan procesamientos muy perfeccionados, sobre todo en el caso de los que provienen de Siberia). 

La composición orgánica de los intercambios 

Marx describió repetidas veces el mecanismo de enriquecimiento de una “nación que importa mucho más tiempo de trabajo que el que exporta”. “Dos naciones pueden realizar entre sí intercambios de acuerdo con la ley del beneficio de modo tal que las dos ganen, aunque una de ellas explote y robe constantemente a la otra”. [13]  Esto prueba, entre paréntesis, que los revisionistas de todo pelaje, deberían releer a Marx antes de pretender demostrar que los intercambios mutuamente beneficiosos prueban por sí mismos la naturaleza socialista de sus relaciones. 

“El país menos favorecido por el intercambio proporciona más trabajo material in natura que el que recibe, aunque obtenga una mercancía en mejores condiciones de las que podría producirla él mismo”. [14]

“Aun considerando la teoría de Ricardo... tres jornadas de trabajo pueden intercambiarse por una sola jornada… En este caso, el país rico explota al país pobre, incluso en el caso de que este último gane en el intercambio”. [15] 

Esta desigualdad de las cantidades de trabajo resulta de dos fenómenos diferentes: que el valor de la fuerza de trabajo de ambos países sea diferente o que la productividad del trabajo sea superior en el país cuya técnica está más desarrollada: “Si la producción capitalista está más desarrollada en un país, la intensidad media y la productividad del trabajo (nacional) superarán el nivel internacional. Las diferentes cantidades de mercancías de la misma especie que se producen en los diferentes países en el mismo tiempo de trabajo poseen entonces valores internacionales diferentes”. [16] 

Aunque es difícil medir las diferencias de salarios de un país a otro está claro que la composición orgánica de los intercambios favorece a la URSS. Tibor Kiss, que estudió largamente el problema de la estructura del comercio exterior húngaro, estima, junto con algunos economistas soviéticos, que la composición orgánica de los bienes exportados por la URSS a Hungría es tres veces más alta que los bienes importados por la URSS desde Hungría, si estos hubieran sido producidos en la URSS. [17] 


Y Tibor Kiss se ve obligado a justificar esta desigualdad por el peso que ejerce la industria para la defensa en la economía de las naciones “socialistas”, que en este aspecto deben estar en condiciones “competitivas” respecto de los países capitalistas más desarrollados. Es interesante que Tibor Kiss se vea constreñido a pasar al plano político para justificar la naturaleza de las relaciones económicas entre la URSS y Hungría. Pero este argumento político es difícilmente defendible cuando se analiza la naturaleza del Pacto de Varsovia, la competitividad del armamento soviético y la militarización de toda la economía soviética. [18] De hecho, el arsenal existente y la ininterrumpida carrera armamentista son mucho más agresivos que defensivos, contrariamente a lo que pretende afirmar Tibor Kiss. 

Tibor Kiss sostiene que esta especialización ha permitido a Hungría realizar economías que alcanzaron tres billones de florines en 1964 y siete billones en 1970. Pero estas “economías” a corto plazo conducen de hecho a hipotecar el futuro de la nación. Es evidente que esta composición desigual del intercambio con la URSS es similar en los otros países, en especial en Rumania y Mongolia Exterior. 

Notas 

[1] Esta frase del Manual fue profundamente criticada por Mao Tsetung, por lo que se conoce de los Textos inéditos, recientemente publicados por Du Seuil… Mao critica esta teoría aun en el caso en que se aplique a las diferentes regiones de un mismo país y le opone el principio de “contar sobre las propias fuerzas”.

[2] Lenin, citado por Stalin (Pékin Information 29/74).

[3] Véase: Problémes politiques et sociaux, N° 29 y 105.

[4] Tibor Kiss, International División of Labour in Open Economics, Budapest, Akademiai Kiado.

[5] Karl Marx, Discurso sobre el problema del librecambio, pronunciado en Bruselas el 7 de enero de 1848.

[6] Tarnovski, Voprossy Economiki, N° 1, 1972, Moscú; en Recherches internationales, N° 80.

[7] Pékin Information, N° 7, 1969: “EL COMECON, instrumento de la política neocolonialista del revisionismo moderno”.

[8] Véase Problémes Economiques, N° 1100, 30 de enero de 1969. La revista búlgara Relations Internationales (N° 4, 1974) protesta porque los precios de los contratos comerciales entre los países del COMECON en 1971 no se correspondían ni siquiera a los del mercado mundial (los precios de los productos agrícolas, que Rumania exporta a la URSS, son inferiores en un 19% a los precios mundiales).

[9] Casi la mitad de las verduras frescas, frutas y cigarrillos de Bulgaria, y el 78% de sus conservas de alimentos, son exportados a la URSS.

[10] Véase Marie Lavigne, Les économies socialistes soviétiques et européennes, París, Armand Colin, 1970.

[11] Véase Le Courrier des Pays de l'Est, N° 148, enero de 1972. Véase también: “Le développement du capitalisme en Hongrie”, Communisme, N° 4-5: “el 90% de la producción de los arsenales navales y de grúas, más de los 2/5 de la producción de medios de telecomunicación y la mitad de la producción de la industria de construcción de aparatos de precisión y de máquinas para la industria alimentaria son enviados a la URSS”.

[12] Revista checa Svoboda, del 21 de abril de 1968, citada en Problémes Economiques, N° 1100.

[13] Elementos fundamentales para la crítica de la economía política, tomo I.

[14] Teorías sobre la plusvalía.

[15] Ibíd.

[16] El Capital, tomo II, Libro I.

[17] Tibor Kiss, ob. cit.

[18] Véase Communisme, N° 15.


Fuente : Revista Los Libros, nº 42, julio-agosto de 1975, Argentina.

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